Jayden Marcos se abre de piernas ante Kam Stone y se deja follar a pelo | Next Door Studios & ASG Max

No Strings Attached - Part 1

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Tras su última ruptura, Jayden Marcos se prometió a sí mismo no volver a enamorarse, pero una simple tarde de juegos al atardecer junto a la piscina del chalet con sus amigos, le hizo cambiar de idea. Una vez más. Kam Stone era un tio adorable. No sólo estaba buenísimo, era el típico tio alto y cachas capitán del equipo de fútbol del instituto, sino que encima le hacía reir, lo cual no era poca cosa después del último mal trago con su antigua pareja.

Ojos claros, bonita sonrisa y unos mofletes que se le iban sonrojando cuando hablaban de sexo. Le encantaba que fuera tan tímido en ese aspecto, porque Jayden disfrutaba llevando al límite a los tios, sacándoles de su zona de comfort. Se dieron el lote en el salón. Esperaba que los demás amigos no se enteraran o quizá estaba deseando que lo hicieran.

Probar sus labios, sentirse desnudo con una mirada. Los dos estaban muy juntos, tanto que Jayden pudo notar que a los dos se les estaba poniendo dura con tanto beso. Después de reirse, Jayden se sentó en el sofá y se quitó las bermudas. No le dio tiempo a ver la reacción de Kam al ver su larga y enorme polla, porque el tio fue directo a cogérsela con la mano y a metérsela dentro de la boca.

Joder, qué bien la chupaba. Hacía apenas unos minutos acababan de presentarles, estaban jugando en el jardín y ahora la cabeza de ese tio tan fornido y guaperas estaba subiendo y bajando junto con su mano, dándole un buen repaso a toda su barra. El rabo de Jayden había alcanzado todo su esplendor, completamente duro y de unas dimensiones descomunales, tanto que a Kam se le estaba dificultando la mamada, teniendo que abrir cada vez más la boca para chupársela.

Jayden le devolvió la mamada. Antes descubrió el pene de Kam sacándole los pantalones, luego se metió entre sus piernas y le cogió el rabo todavía morcillón, también largo y gordito. Esos mofletes de por sí ya sonrojados, se sonrojaron un poquito más. Eso le gustaba de los chicos en apariencia tímidos, que sacaran su lado más salvaje en la cama. Kam empezó a culear desde abajo follándole la boquita, sin dejar de mirarle.

Su culo era precioso. Grande y redondete. Jayden se lo agarró a dos manos, le abrió la rajita y le dio placer con la lengua. El cojín que tenía delante impulsó su rabo duro y sus pelotas hacia atras entre las piernas, por lo que Jayden tenía todo a la vista comiéndole el ojete. Estaba a punto de metérsela cuando Kam le convenció para que se abriera de piernas y se dejara comer él también el culito.

A ver, Jayden no acostumbraba a tener ese tipo de peticiones. Los chicos veían su miembro descomunal y no se hacían preguntas, directamente daban por supuesto que el siguiente y último paso tras la mamada era dejarse follar. Fue una experiencia inolvidable. La carita de Kam, su mirada de ojos claros justo por encima de los huevos, sentir su lengua húmeda acariciándole la entrada.

Nunca pensó que iba a hacerlo, pero se puso a cuatro patas y vio cómo Kam se acercó de rodillas y se puso detrás de él. La lengua ya le había dejado el agujerito abierto y Kam aprovechó eso para metérsela sin condón y empezar a darle caña desde atrás. Jayden no sabía cómo sentirse. Su cuerpo se mecía hacia adelante y hacia atrás, meciéndose con fuerza cada vez que Kam atacaba desde la retaguardia.

Se sentía usado por otro tio, muy sucio, como un condón de usar y tirar, pero a la vez le encantaba estar de ese lado, deseado por otro hombre, recibiendo duro por el lado contrario al que solía hacerlo. Lo extraño es que tras parar un momento para besarse y cambiar de postura, Jayden no le pidió cambiar los roles, directamente se abrió de piernas en una esquina del sofá y Kam lo penetró de nuevo, esta vez frente a frente.

La cosa cambió por completo. Ya no se sentía usado, ahora se sentía amado y tener tan cerca la cara y la mirada de Kam lo excitaba. Si bajaba la vista, podía ver su rabo y sus huevos meciéndose, acariciando el vientre de Kam cada vez que se la metía a fondo. Las consecuencias de tenerla grande. Le cabalgó de espaldas dándole culo. Kam la tenía durísima. Entraba firme y a pelo.

Jayden juró que se corría. Se agarró la polla y en un par de manotazos ya estaba lista. Un lefazo salió volando hacia arriba y cayó directo entre sus ingles. El resto de lefa le pringó el puño, pegajosa y consistente. Kam le sacó el rabo del culo y también se corrió, gritando y soltando trallazos que se desviaron por todas partes, entre sus piernas cayendo al suelo y luego hacia atrás, mojando el interior del muslo de Jayden.

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