Jens Christensen y Niko Vangelis se pajean, se comen sus enormes y gordas pollas y hacen un flip-fuck sin condones | Bel Ami Online

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Tomaron el sol en el jardín y al entrar Jens Christensen estaba juguetón. Le apatecía una lucha cuerpo a cuerpo con Niko Vangelis, comparar la fuerza y los músculos de otro tio batiéndose con los suyos. Acabó ganando Niko, que tenía un cuerpazo de segurata que lo flipas, todo un armario empotrado. Jens se puso entre romántico y cachondo, porque en ese momento él estaba tumbado en la cama y Niko lo tenía apresado por los brazos.

Inmediatamente pensó en su polla y medio en broma medio en serio, le tiró de los pantalones y le desabrochó el botón para vérsela por encima. Niko le devolvió la jugada. Hasta ahí todo bien, no dejaba de ser un juego entre tios para echarse unas risas, pero siguieron combatiendo, Niko no paraba de rebozarse por encima de Jens, los pantalones medio desabrochados cada vez se le bajaban más y ya se le veía el pedazo culo. Jens se puso cariñoso y Niko se quitó de encima porque estaba notando algo enorme, duro y caliente sobre sus abdominales.

Era la gigantesca y gordísima tranca de Jens. El tio se había puesto a tono. Niko se lo tomó como un halago y le preguntó si le gustaba su culo. Jens asintió y añadió que también sus pezones. Niko le agarró la preciosa polla y se la movió un poco para ver cómo se mecía de lado a lado y cuánto pesaba. Embutido de calidad. Le sacó los pantalones dejándolo desnudo, le pegó unos lametones de los huevos a la punta y empezó a mamársela.

Niko se la chupó sorprendido, una vez más, al ver que la corpulencia de un tio no tenía nada que ver con el tamaño de su verga, porque en ese caso él hubiera ganado. La tenía tan gorda que no le cabía entera en la boca. Al incorporarse de rodillas en la cama, Niko estaba empalmado y su también enorme pollón apuntaba tieso hacia arriba. Jens se dio la vuelta y le devolvió la mamada.

No fue una mamada normal. El tio se volvió loco entre sus piernas. Se rebozaba la polla por la jeta, los cojones por la boca como un puto cerdo descontrolado. Niko se contagió de ese hambre de rabo y huevos, terminaron haciendo un sesenta y nueve y se llevó casi la mejor parte, porque además de una generosa polla, se dio cuenta de que el culazo y el ojete de Jens eran pura lujuria.

Levantó sus piernas mientras le jalaba la polla y flipó en colores al ver ese perfecto agujerito semiabierto entre las nalgas. Tras meterse la polla por la boca hasta donde le cabía, elevó su espalda y acudió a lamerle le ojete. Hicieron la cucharita y Niko no se pudo resistir a metérsela sin condón. La piel del rabo se retraía de lo ajustada que entraba. Pasó una mano entre sus piernas y mientras se lo follaba le cascó una paja. Él se encargaba de todo.

Le dio por culo para ver esos dos flotadores que tenía por nalgas sepultando su polla dentro y después le jodió bocarriba para ver cómo se corría y fluía la leche por esa gordísima polla. Niko aguantó hasta el final con la polla penetrando el agujero. La tenía a punto. Nada más sacarla, empezó a soltar unos potentes y cargados lefazos sobre su ojete, sobre la recámara de la bolsa de sus cojones, dejándole la raja del culo perdida de lefa.

Fueron a la ducha. Habían pasado como quince o veinte minutos y otra vez tenían ganas de guerra. Donde antes tenían pantalones, ahora había toallas. Esta vez fue Niko el que se la quitó a traición a Jens para ver de nuevo ese culo que tanto placer le había dado hacía apenas un rato, pero fue Jens el que ganó el segundo asalto. Niko había prometido que podría hacer lo mismo que él había hecho antes. Jens miró de arriba a abajo ese cuerpazo musculoso y se preguntó por dónde empezaría a disfrutarlo.

Ante su indecisión, Niko decidió calentar el ambiente. Se puso de rodillas entre sus piernas de tal manera que los dos pudieran tener cerca una polla de la otra y se pajearon. Se pajearon sus propios rabos, cruzaron pajas, se las cogieron y las rebozaron juntas, haciéndolas resbalar una encima de otra.

No habían parado de hablar y reirse, pero de pronto la habitación se quedó en silencio y en las paredes retumbó el dulce placer del sonido apagado de dos bocas comiendo rabo. A Jens, que estaba encima de Niko, le sorprendió ver cómo tragaba el cabrón. Le estaba follando la boca culeándole desde arriba, metiéndole toda la pija gorda y el tio se lo tragaba todo con dedicación, alentado por el roce de los huevos en su bigote.

Como un símbolo de poder, Jens se sentó encima del pecho de Niko y le puso toda la polla encima de la cara. Ver su rabo empalmado contra la cara de su colega no tenía precio. Jens se levantó la verga y le dio de comer huevos. Después reclamó su premio, ver a Niko a cuatro patas, abierto de piernas, dispuesto a ser follado. Buah, nunca había visto una hendidura tan profunda y tan guapa. Menos mal que Jens tenía una pedazo de polla, porque para penetrar ese musculoso y profundo culazo, además de agallas, había que tener una buena arma entre las piernas.

Le hizo la cucharita follándose de lado sin condón y disfrutó cada segundo que ese cuerpazo se estremecía con su polla dentro. Se aferró a sus pectorales, toqueteando y chupando esos pezones que tan cachondo le ponían y le metió una buena tanda de pollazos. Niko se sentó sobre sus piernas, dándole la espalda y le regaló una paja cabalgándole.

Todo dócil, se tumbó bocarriba en la cama para recibir. Jens le hundió la polla dentro del ano. Sus pelotas se mecían ardientes y colgantes ahí abajo, rozando los pelillos de la raja del culo al penetrarle. Jens no aguantó más. Le sacó la verga del culo y se corrió en esa impresionante hendidura. Niko se enderezó la polla y se masturbó. Jens no paraba de echarle el aliento en el rabo, de relamerle el prepucio, cuando Niko explotó de gusto soltando una fuente de esperma blanco y caliente.

Comenzó como un volcán soltando lava por las laderas, pero acabó echando toda la lefa a chorrazos largos al viento. Jens alcanzó algún lefazo que se quedó como pasta entre su labio superior y sus dientes mientras la polla de Niko no paraba de rezumar leche. Después de relamerle todo lo que pudo, Jens subió hacia arriba y la compartió con su dueño. Niko se quería proclamar ganador de nuevo. Jens rio. Quizá le dejase.

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