Otra vez el agua fría saliendo de la ducha y a Enrique Mudu se le pone dura la punta de los pezones. De nuevo a Jaciel O se le debe haber olvidado pagado la factura del gas. No es una suposición, es algo que da por hecho porque no es la primera vez que sucede. Sale con la toalla anudada a la cadera y allí está su compañero de piso, tumbado enla cama, como siempre sin hacer nada, escuchando música tumbado en la cama.
Si no fuera porque está muy bueno, porque le encanta que le toque la polla y se destaquen sus biceps mientras le masturba, si no fuera por lo mucho que le gusta que le mire a los ojos cuando se la come, ya le habría mandado lejos. Qué arte tiene el cabrón para calmar las aguas. Un segundo Enrique está hecho una furia y al siguiente está sentado encima de Jaciel, dejándose tocar y comer la cola.
Eso no hace que se olvide de lo que debe y se lo piensa hacer pagar. Ahora que está algo blandita todavía, se la mete hasta los huevos. Jaciel abre la boca a tope y traga. Enrique puede verle los dientes y teme que le pegue un mordisco en el rabo por la presión. Pero no lo hace. El nene es cuidadoso y saber comer pijas. Jaciel se desnuda por completo en la camita, Enrique le coge los muslos, los presiona hacia arriba y los lados para abrirle de piernas y le come el culo.
Un beso en la parte baja de los huevos y la lengua repasando la entrada de su esfínter. Jaciel pone los ojos en blanco del puto gusto. Se deja hacer la triple comida por ahí abajo antes de que Enrique se ponga de rodillas frente a él e inserte su largo rabo completamente desnudo dentro de su orificio. La tiene larga, gorda y muy dura y Jaciel le pide por Dios que la meta despacio, porque le está destrozando el ano.
Gira la cabeza en señal de dolor. A Enrique ya le gustaría ir más despacio, pero le gusta tanto el apretón de ese culo sobre su magnífica polla que no puede evitar meterla a su antojo. Sabe que se acostumbrará tarde o temprano. Más temprano que tarde. En cuestión de segundos Jaciel ya no se queja tanto y se está dejadno meter unos buenos pollazos.
Ahí lo tiene, a su merced, abierto de piernas, su cuerpo musculado meciéndose en la cama hacia adelante y hacia atrás al ritmo que marcan sus embestidas. Jaciel se lleva una mano a los ojos, tapándoselos, pensando en qué hostias está haciendo. Seguro que jamás pensaría que se convertiría en una buena puta redomada que pagaría en carne. Su cuerpo utilizado por otro hombre como moneda de cambio.
Sin desengancharse el uno del otro, Enrique se tumba en la cama y Jaciel se sienta sobre sus piernas. Por un momento, Jaciel pasea su rabo por encima de la barriga de Enrique, pero este enseguida le hace echarse hacia atrás para ver cómo se traga y masturba con el culo esa polla que tiene. Le encanta esa postura porque puede verlo todo: los muslos del otro tio, su rabo y sus pelotas colgando, su cuerpo, su cara, el pandero subiendo y bajando con su polla atrapada dentro.
A Jaciel le flaquean los brazos y acaba tumbado de nuevo. Enrique se incorpora y fuerza su polla hacia adelante para seguir penetrándolo. Lo tiene al punto. Le remata por última vez, saca la polla, se la pajea, se corre encima de sus pelotas y en la raja del culo, pero apenas deja salir un par de chorretes, porque se la mete enseguida para seguir descangando dentro de él.
La saca, le abre el culete y observa de cerca la guarrada que acaba de hacer, la raja y las nalgas con pegotes de su leche. Le palmea el trasero y da por pagada la factura del gas. Todavía quedan la de la luz, la del agua y la de internet. Vamos, que algo le dice que o Jaciel se pone las pilas buscando trabajo o se va a pasar muchos pero que muchos días abierto de piernas mientras viva bajo su techo.
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