Arno Antino y Manuel Skye se meten un buen flip-fuck sin condones en el granero | The Bro Network
Chasing Cock
La época más complicada para Manuel Skye como granjero no era ni la de lluvias, ni siquiera la de sequías, sino esa en la que todo florece, llega el calorcito y la naturaleza hacía crecer las cosas, incluído su rabo cada vez que veía al buenorro de su vecino Arno Antino subiéndose al silo de grano o al tractor. Ese torso musculado y la forma del culo en sus calzones se la ponían firme.
Ese día estaba especialmente atractivo, con la camisa abierta por la parte alta del pecho y sus labos, qué ricos estaban sus labios. Alguna confusión debió haber cuando le pidió ayuda con su polla, porque enseguida dijo que sí. Se lo llevó al establo y a Manuel le resultó sorprendente que aceptara con tanta decisión. Al entrar por la puerna del granero, Manuel le señaló la dirección a la que ir, donde había una buena pila de heno para hacerlo a gusto y entonces, cuando Arno le preguntó que dónde estaban los pollos, entendió la situación.
A ver cómo le explicaba ahora que no se refería a que necesitara ayuda con los pollos, sino con su polla, su tranca, su pija, su pirula, su rabo. La suerte estaba echada. Le tocó el culo, lo atrajo hacia él y le pegó un morreo. Que no le metiera una hostia al instante ni se retirara era buena señal, mejor aún cuando sintió la erección de ese tio entre los dos.
El que se llevó una buena sorpresa y el que realmente necesitaba ayuda con su polla era Arno. El cabrón sacó el rabo a pasear y de sus calzones salió disparado un monumental pollón largo y grueso que se quedó balanceándose como un metrónomo hasta que la boca de Manu lo atrapó y le la zampó hasta las trancas. Pedazo pollón tenía el vecino.
Le comió todo. La polla, los huevos, los sobacos, y al final el que puso el culo primero fue Manuel, para sentir esa enorme tranca dentro de él, desnuda, a pelo, antes de zumbarse a Arno y probar su apetitoso culazo de vaquero. Le encantó ver esa carita guapa y sonriente, bajo ese bigotito. Sus cuerpos desnudos retozando entre el heno, sus cuerpos rociados con leche.