Trevor Brooks flipa con la gigantesca y larga pollaza negra de Swhirly y se hacen un flip-fuck sin condones | Cocky Boys
Between Friends
No había nada en el mundo que le abriera más el ojete del culo a Trevor Brooks que la visión de una polla negra bien larga y gorda colgando entre las piernas como la de Swhirly. De vez en cuando le venía bien que le recordaran por qué le gustaban tanto. Joder, era enorme y de alguna forma podía sentir la virilidad al alcance de su mano a la par que sentir envidia porque le hubiera encantado saber qué se sentía al tener una trompa así.
A Swhirly, como mínimo, debería costarle mantenerla en los calzones sin que se le saliera por la pata. Colgando flácida era un auténtico azote para los sentidos y ahora que estaba entre sus piernas, con ese miembro completamente duro, chupando su cipote como si fuera la bola de helado de un cucurucho italiano y mirando a Swhirly a los ojos, casi podía sentir de cerca lo que significaba realmente el amor.
Trevor no calzaba nada mal. Al lado de ese tio, cualquier cosa era pequeña, pero en cuanto Swhirly le dedicó unos mimos a su rabo, atrapándolo entre esos labios gruesos y fuertes, supo que estaba a la altura. La visión de esa boquita con grandes labios, la lengua rosácea saliendo de ella y lamiéndole las pelotas y la parte baja del rabo. Fue algo que Trevor no pudo resistir mucho tiempo. Se llevó las rodillas al pecho y se abrió de piernas.
Esa lengua rosita entró dentro de su culo, luego sus dedos. Trevor también necesitaba que le recordaran por qué le gustaba tener una polla negra y dura dentro del culo y Swhirly le devolvió la memoria. Qué grande y dura. Mientras ese pollón enorme se deslizaba dentro de su agujero sin condón, Trevor cerró los ojos fuerte, gimió y no pudo evitar lanzar improperios malsonantes. Una polla como esa curbía todas sus necesidades.
Se tomó la revancha y dio por detrás a Swhirly, que se entregó con el culete sobre el reposabrazos del sofá. A Trevor le encantó follárselo, ladear la cabeza, mirar hacia abajo y observar cómo entre sus piernas se mecía su pollaza negra y morcillona. Se lo llevó al sofá y siguió penetrándolo a pelo, inclinándose sobre ese cuerpazo moreno y atlético, forzando a Swhirly a pajeársela y soltar la leche entre los dos.