
Kell Fuller ya es todo un hombrecito | Bentley Race
El ruso guaperillas que no sabía lo que tenía entre las piernas hace cosa de dos añitos, regresa ahora con veitiún tacos consciente de lo que le cuelga ahí abajo. Kell Fuller ya no es ese chavalín que enseñaba su largo y gordo rabo apuntando hacia el techo haciéndonos babear a todos, ni ese que se ponía un chandal y nos ponía cachondos sobre la cama enseñándonos su culazo virgen.
Ni tan niño y casi seguro que ya ni virgen, Kell es ahora todo un hombrecito igual de guapo pero mucho más atractivo al crecerle la barbita, tener pelo en el pecho y un cuerpo más atlético. Todo un yogurín follable. Dispuesto a dejarnos ver esa transición entre pubertad y adulto, se ha ataviado con una camiseta roja abierta por los lados, gorrita a juego con la visera hacia atrás como la llevan los chicos malos y como contraste unas gafitas que lo hacen la mar de interesante.
La misma mirada de vicio, la misma picha larga y además ahora un irresistible y gran culazo que Ben hace los honores por nosotros de penetrar con un gran dildo negro. Sólo se nos quedan las ganas retenidas en los huevos de que ese dildo fuera nuestra polla, agarrarle por las piernas y no parar hasta que rebosase la leche de ese acogedor agujero.