[Tim Tales] Koldo Goran se folla a David Avila sin condón con su polla gigante y le cruza la cara a lefazos
Como ecos vienen las imágenes a mi cabeza cuando pronuncio el nombre de David Avila, abierto de piernas sobre el sofá, mordiéndose los labios mientras Lucio Saints le mete toda la polla y él traga con tanta avaricia que hasta le hace casi perder el condón ahí dentro, apenas sujeto por el cipote, lo veo de rodillas comiéndole la polla, tragando hasta que se le saltan las lágrimas, mirando los huevos y el rabo mientras sobre él cae esa deliciosa lluvia blanca.
Si hay un tio que disfruta del sexo y nos hace disfrutar de él con cada escena dándolo todo ese es él y ahora regresa para darnos más. No sé cómo lo hace, será su cara de macho y tan guapo y lo bien que sabe manejarse entre pollas tan grandes y gordas como la del afortunado Koldo Goran, pero me la pone dura en segundos y hace que desee correrme nada más verle mamar. Mete los morros entre los huevos del chaval, desplazándoselos y olisqueando como un perraco. Esnifa desde las pelotas hasta la punta del rabo y aprovecha para meter lengüetazos a la raja del culo. Coge la polla con su manaza de dedos fuertes y la pajea un poco, sopesándola antes de merendársela hasta que el cipote le golpea la campanilla.
La saliva ya rueda por el pollón como un rio desabocado y el sonido de las chupaditas, gemidos apagados, golpeo de polla en la cara y alguna que otra aguadilla cuando David trata de tragar más rabo del que puede, inundan toda la sala. Me entran ganas de cerrar los ojos y dejar correr otro río, el de mi polla soltando leche. El rabaco gigantesco de Koldo despierta en los chicos sus instintos más primarios. Su visión despierta el apetito, confunde las ideas y abre culos a distancia.
Son los pequeños detalles los que me hacen parar si quiero aguantar y no correrme. David de pie besando a Koldo mientras con la mano le casca una paja, una mano grande y fuerte para una polla grande, los biceps marcándose en un brazo que no para de subir y bajar por esa maravillosa barra cargadita de amor, David que deja caer el rabo y el cipote se queda apoyado entre sus pectorales. Cositas que poco a poco van creando leche en mis cojones.
La picha a pelo, como vino al mundo, pero bastante más crecidita, hasta el fondo de ese culo tragón. David profiere un gemido intenso, como si el doctor le hubiera puesto la vacuna en el culete. Koldo se pone tontorrón al ver cómo su rabo se hunde hasta el último centímetro en ese culo que parece no tener fondo y se folla al macho que está doblado sobre la mesa disfrutando de sus embestidas.
Se la saca del culo y lo pone tumbado sobre la mesa con las piernas abiertas, con los huevos recogiditos para que no estorben y poder ver el agujero que se folla. Si parecía que se había acostumbrado al diámetro de ese pollón imposible, el nuevo gemido que pega cuando de nuevo le blande el ojete, demuestra que todavía no. Qué no debe estar sintiendo por todo su cuerpo para que el culete se le ponga de carne de gallina con los poros destacando a flor de piel. Casi nos hace desear esa polla dentro o tener ese culazo para nosotros solos.
A pesar de lo larga y gorda que la tiene, a Koldo se le hace poco para un macho que cada vez exige más rabo dentro de su culo. Se lo hace saber gimiendo, pegándole de hostias sobre el pecho mientras se lo sigue follando. Koldo se sube con los pies en la mesa y le desplaza el culo hacia arriba. No tiene otra forma de clavársela más a fondo que con esa postura, penetrándole el ojete a lo bestia, hasta aplastar sus propios cojones contra la raja. Qué cabrón, si se lo traga todo, con gusto le metería hasta los huevos que parece que es lo que está suplicando.
De nuevo se la saca y se la vuelve a meter al cambiar de posición, con el consiguiente gemido de animal de David al notarla toda desplazándose dentro de él otra vez. Suelta un «hostia puta» que sabe a gloria. Los ojos se le quedan en blanco y se muerde los labios sintiendo todo ese pedazo de polla surcando su interior. Koldo acciona el botón de martillo neumático y lo taladra poniendo hilo musical en toda la casa, el del chapoteo de sus caderas y sus cojones golpeando los cachetes del culo.
Después Koldo se aprovecha de la curvatura de su rabo para metérsela doblada, literalmente. En lugar de amoldar su cuerpo a la forma de su polla para clavársela, se la mete arrastrándola con todo el cabezón hacia arriba. David pronto comienza a notar los beneficios de esa decisión, cuando el capullo va rozándole partes que le causan un gusto infinito. Koldo le da por detrás un ratito, rellenándole el culo de más y más polla, mojándose los dedos en saliva y suavizándole los pezones.
Unidos por la polla y el culo, una amalgama de brazos y piernas descontrolados buscan su sitio sobre la sábana. Koldo se hace con el cuerpazo de David y se lo pone encima con las piernas recogidas y el culo abierto de par en par. Así recogidito, lo agarra y le empotra a pollazos con un movimiento constante de caderas, elevando el culete. David se agacha hasta tener el cipote frente a su boca, saca la lengua y le pega unos lametones hambrientos al glande de una polla que Koldo no deja de pajearse. Le da biberón del bueno, primero algo de lechecita sobre la lengua y después una tanda de lefazos blancos y calientes que le cruzan la cara. Con la boca rellena de leche, acopla los morros al cipote y aprieta para sacarle todo el jugo.
Como un glotón guarrete, con la cara de macho guapetón manchada de blanco y el saborcito de semen recorriéndole la boca, David se mete un pajote a lo grande, sacándose la leche que sale como un aspersor sobre su torso. Cubierto de lefa, se queda resoplando por los últimos estertores de la corrida. Otra escena para guardar de por vida!