Logan Aarons le come todo el pollón y el semen a Draven Navarro por el glory hole y se deja follar a pelo | Chaos Men
RAW Ghole
El momento preferido del día para Logan Aarons era cuando salía del gym empoderado, con los músculos a pleno rendimiento, sintiéndose bien, con ganas de comerse el mundo, llegar al glory hole, ver una porno en la pantalla de una de las salas y magrearse el paquete mientras esperaba que una polla entrara por el agujero dispuesta a pasarlo bien.
Sí, esos nervios de excitación eran su parte preferida. Eran muchos los chicos que querían ser sus novios, pero Logan no se casaba con nadie. Descubrir esa afición por comerse cada día una tranca diferente, le había convertido en un vividor. Pocos rabos podían sorprenderle, pero el que se coló ese día por el hueco consiguió dejarle con la boca abierta. El descomunal y largo pollón de Draven Navarro, un falo de carne de pura cepa, supuso un nuevo hito en su largo historial de mamadas.
El glory no era sino una forma de empezar a conocer a un tio cada día, la puerta de entrada. En cuanto veían quién se la estaba chupando al otro lado, un rubito cachas, guapísimo y con ojazos claros, acababan metiéndole la polla. Otros tios se la comían en silencio, pero a Logan le gustaba jugar, no sólo a excitar al que se la estaba chupando, sino a los que pudiera haber en salas aledañas. Sin remilgos, alabó el tamaño de esa pedazo de verga. Como respuesta, Draven le dio las gracias y meneó su trabuco, que comenzó a mecerse lentamente de lado a lado, demostrando la pasta de la que estaba hecho.
Con los pantalones por las rodillas, Logan acabó en pelotas, en cuclillas, devorando ese largo y enorme jodido pollón hasta los huevos. O casi, porque ese falo se le resistió sobremanera por apenas unos centímetros. Con la polla penetrando su garganta, sacó la lengua para atrapar más trozo, pero sólo alcanzó a lamerle los pelos de las pelotas con la punta.
Se giró y le dio culo, conduciendo la verga hacia su interior, completamente a pelo. Al otro lado de la pared ese tiarrón gemía de gusto. Si hubiera podido ver al chaval al que se estaba follando, se hubiera corrido de auténtico placer visual. Ese cuerpazo musculoso, un culo grande y redondo, todo un guaperas. La polla de Draven era descomunal. Pocas veces había sentido Logan tanto gusto. Aprovechó el asiento para moverlo cerca del agujero, tumbarse bocarriba, abrirse de piernas y dejar que ese pollón lo penetrara.
Volvió a mover el asiento, esta vez para ponerse de rodillas y ofrecer su última mamada. Desvalijó esa polla haciendo que se corriera dentro de su boca. El desbordamiento de leche le obligó a abrirla y entonces vio cómo saltaban chorrazos que salían disparados cayendo sobre el suelo y sobre sus morros, sobre su cuerpo. Lo que tenía en la boca se lo tragó. Le gustaba el semen al cabrón. Saboreando esa delicia, alentado por Draven al otro lado, se cascó una paja, dejando el suelo mojado para el siguiente que se atreviera a adentrarse en el glory.