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White Wolf da pija a Kabyle Divino y se folla a pelo su culito blanco y adorable | Citebeur

El lobo blanco y su corderito - 1ª parte

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La atracción entre White Wolf y Kabyle Divino fue instantánea. La vida de Kabyle había sido la de un corderito extraviado hasta que encontró a este lobo blanco para poner las cosas en su sitio. ¿Cuánto tardarton en darse el primer beso? Apenas unos segundos. Un amigo les había citado a los dos en la habitación de arriba para alejarse dle ruido de la fiesta del piso de abajo y llegaron antes que él. Un primer saludo tímido en el que se miraron menos de un segundo y desviaron la vista porque se molaban demasiado, pero en cuanto se acercaron un poco más y se echaron otra ojeada, no pudieron resistirse.

El primer beso fue delicioso y mojado. Tras tocar sus labios por primera vez, se retiraron para mirarse a los ojos y tomarse un tiempo para decidir si les había gustado. Kabyle se fijó en que entre sus bocas había colgando un filamento de saliva y eso le puso cachondo. Kabyle ponía a cualquier tio con ese aire de chulito, gorrita con la visera hacia atrás, ojitos tiernos, barbita, el tatuaje en el cuello y buena boca. White estaba buenísimo, con esa carita guapa, sus orejitas, su nariz, sus ricos labios.

Kabyle cogió al lobo del cuello y se acercaron de nuevo, esta vez para entregarse toda la saliva, morreándose con ganas. Lo siguiente que Kabyle se llevó a la boca fue la polla de ese cachorro, una pija larga como ella sola, larga y preciosa, tan bonita y tan deliciosa que no podía parar de chupársela. El lobo ocupó bien sus dos manazas cuando su corderito se le abrió de piernas. Con una se encargó de dedear el apretado culito de Kabyle y con la otra se masturbaba la polla.

Dio un par de pasitos con las rodillas sobre la cama acercándose al culete y se la metió a pelo. Kabyle no podía dejar de mirar esa cara de follador entregado mientras sentía todos los placeres del mundo con la pija clavada en el agujero de su pandero. Quería sentir toda la rabia de ese macho, así que se dio la vuelta y le entregó su culo. La polla hasta las bolas, penetración extrema, la mano del lobito tirándole del pelo, poniéndose rabioso.

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