Ni Wesley Woods ni Felix Maze podían contar ya con los dedos de las manos la de padrastros que habían tenido en los últimos años. A su madre le gustaban varoniles, nalgones y tatuados. Y también muy cabrones sobre todo en la cama. Sonidos de follada que sus dos hijos tenían que aguantar cada noche hasta las tantas.
A este último encima le gustaba darse a la bebida y a menudo tenían que llevarlo a la cama. Un día Wesley se encontró a Michael Reid tumbado boca abajo sobre el sofá completamente desnudo. Primero intentó preocuparse por él, pero como estaba seguro de que estaba durmiendo la mona, se recreó con las vistas de ese cuerpazo. Hostia, su madre desde luego tonta no era. Un buen tiarrón con un culazo para agarrarse bien.
Wesley se sentó justo donde podía verle la entrepierna, donde unos voluminosos huevacos se aplastaban contra los cojines del sofá. Se sacó la picha por el hueco de la bragueta y se la empezó a menear mientras le miraba. Joder qué cachondo se estaba poniendo viendo esa hendidura peluda. Se imaginaba ya penetrándola. Tuvo la tentación de tocarle todos los huevos, pero tenía miedo de que se despertara.
Su hermano pequeño Felix apareció justo en ese momento de debilidad. Cualquier otro hermano se hubiera asutado si lo pillaban masturbándose, pero no era el caso, porque los dos estaban acostumbrados a pajearse en la habitación, verse las pollas y encima tenían los mismos gustos. «Mira qué bien elige mamá«, le dijo Wesley. Felix asintió, tomó asiento junto a su hermano y entre los dos se hicieron una paja cruzada mientras le miraban el culazo y las pelotas a su padrastro.
Vergüenza desde luego no tenían ninguna. Cuando Michael despertó y les pilló con manos en polla ajena, tuvieron los santos cojones de preguntarle si se dejaba follar. No saben si porque iba muy bebido o por qué, pero el cabrón se abrió con una mano la raja del culo y les invitó a pasar.
Código de hermanos. Después de hacerle unos deditos y comprobar que ese culo era completamente virgen, el más pequeño dejó que el más mayor tomase la iniciativa. Wesley se la metió a pelo a su padrastro mientras su hermanito ponía la cabeza por debajo de la entrepierna de su hermano mayor y le chupaba la raja del culo y los huevos mientras este se dedicaba a penetrar el ojete.
Felix lo aprendía todo de su hermano y con él aprendió ese día a follarse un culo veterano. Su padrastro arqueó la espalda hacia el respaldo del sofá, quedándose de pie con el culo abierto. Felix se pajeó hasta que la tuvo lo suficientemente dura como para metérsela. Wesley se la pajeaba de gusto mirando a su hermano follarse a ese papi, un cross generation en toda regla.
Los dos se fueron turnando para joderle el ojal a pelo y terminaron haciendo equipo, uno dándole por detrás y el otro dando de comer rabo por delante. Cuando no pudieron aguantar más la leche que les rebosaba por los cojones, se sacaron las pollas y le dejaron decorada la boquita, la cara y el culete. Como era finde, se volvieron a la cama más relajados que un santo y su padrastro volvió a dormir la mona en el sofá, relamiéndose con la lefa de los dos hombrecitos de la casa.
Nota: Las imágenes, el vídeo y el texto reflejan una obra de ficción. Los actores no tienen ninguna relación de parentesco real.