
[Fucker Mate] Déjate conquistar por el simpático y guapísimo Zeus Vargas en su debut pajeándose con un fleshjack
Esta es una de esas veces que tengo tantas cosas que decir que los adjetivos se agolpan en mi cabeza y no sé cuál sacar antes de ella. Soy un tio de flechazos, de esa conexión especial que se produce a primera vista cuando miro la cara y a los ojos, cuando de repente se crea un mundo en una sola dirección y nada de lo que ocurra alrededor importa. Lo que he sentido al ver a Zeus España por primera vez ha sido en definitiva «ganas de él», de no poder apartar la mirada de cada fotografía magistral de Mano Martínez y de cada movimiento.
Pocas veces una escena a solas está tan justificada como en esta ocasión, porque Zeus es capaz de llenarlo todo con su presencia. Simpático, lanzado, divertido, con una de las caras más expresivas que he visto nunca en el porno gay, capaz de hacerte reir y sentir con él al otro lado de la pantalla. La carita de serio y pensativo con mirada intensa, el malote que quiere guerra, el chulazo de sonrisa cautivadora, el desafiante, el chavalito juguetón que se coge la camiseta con los dientes y lanza una sonrisa y una mirada pícara, el machote cabroncete que se la machaca a toda potencia y pone cara de rabia y gusto. Zeus España es como decenas de actores en uno solo, decenas de expresiones que transmite de forma espontánea y que hacen de su debut uno de los mejores de la historia, al menos para mi gusto personal.
Vestido de deporte y con poca ropa, apenas una camiseta sin mangas azul, unas bermudas cortas y unos calzoncillos, como recién salido del gimnasio hacia una sala con música chillout contigua para relajarse y hacer estiramientos, antes de sentarse en la silla ya se va tocando el paquete. Me jode por una parte y a la vez que me alucina decir que no me hubiera importado nada que toda la escena hubiera sido así, magreándose y mirando a la cámara, porque ya logra atraparme de lo lindo con esos ojazos grandes de un color intenso difícil de definir, es como si te dejase embelesado mirándole.
Guapo ya no es ni siquiera la palabra para definirle, es algo más que guapo, algo más que atractivo, es carismático. Al chaval se le ve lleno de energía, quitándose la camiseta y mostrando sus tatuajes, uno que llama especialmente la atención, el del escorpión, aparte de otro en el pectoral donde reza «unyielding fighter» (luchador inquebrantable). No se corta un pelo con la cámara y la usa para su beneficio. Menudas miradas desafiantes echa sabiendo que estamos detrás también mirando y gozando con él. La barbita descuidada en perilla, desaliñada en los mofletes y el bigote, no hacen sino acentuar más su enorme atractivo, este chico es un conquistador en toda regla.
Va bien armado el cabrón, por si le faltaba algo todavía para seducirnos del todo. Le encanta juguetear con su rabo todavía medio duro, dando unas hostias con él sobre la silla para hacerse sentir y hacernos sentir su potencia, agarra el fleshjack transparente y empieza a gozar, a gemir y a poner unas caras de gusto arqueando los labios y mostrando su perfecta sonrisa, mientras su polla va sintiendo la presión de la penetración que tanto gusto nos da a los tios. Es tremendo verle mirarse su propio rabo follándose el juguetito y las miradas que lanza a cámara de soslayo, tanto como sentirle cerca cuando la cámara se pone cerca de su hombro y vemos la acción desde un punto amigo. Yo sin duda me ofrecía a coger el fleshjack y pegarle un pajote, aunque sólo con quedarme mirándole todo el puto día sería ya perfecto.
No deja de lubricarse la polla metiéndola dentro del cacharro, sacándola cada vez más brillante, dura, larga y gorda, un pollón grandote y largo curvadito como ligeramente como un plátano que nos comeríamos sin pensarlo. Menuda lengüita tiene el cabrón, bien larga también, sacándola para relamer la entrada del fleshjack y de vez en cuando sus sobacos. Me imagino comiéndole la polla sin dejar de mirarle a los ojos, poniéndome más cerdo cuando me regala la media sonrisa matadora de chico malote, asistiendo a ese tremendo momentazo en que deja los ojos en blanco y se abandona, mientras su cipote comienza a cruzar la zona más ajustada de mi garganta. Sus gemidos denotan una voz muy masculina que estoy ya deseando escuchar.
No sé si vosotros os dejareis abandonar como yo en la parte final de la escena, cuando la cámara se sitúa sobre él y le vemos al completo pajeándose mientras nos mira. Tengo la polla bien dura entre las manos, cascándome un pajote junto a él, sin dejar de mirarle a los ojos. Me transmite deseo como nadie antes lo ha conseguido. Se acerca la cámara, una nueva mirada, saca la lengua por fuera, suelta otra de sus sonrisas y me corro antes de que acabe la escena, dejándome llevar por la fantasía de ver esa cara guapísima con toda mi lefa encima pringándole.
El gemido ronco que pega y la cara de macho cabreado que pone al soltar la lefa por la polla en un chorrazo que le salpica todos los abdominales y el pectoral, blanquito y en fila recta, bien merecen otra paja. Y otra más si se tercia cuando se relame su propia corrida y nos guiña un ojo para terminar. ¿Terminar he dicho? Todavía queda una sorpresita final, unos pequeños segundos que valen oro y que marcan el comienzo de lo que espero sea una brillante carrera en el porno. Os lo dejo ahí como misterio para que os animéis a ver la escena completa. Aquí ya no hace falta que venga cupido, que las flechas ya me han alcanzado y me ha enamorado de por vida.
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@ fotografías por Mano Martínez