Ryan Winter se folla a su vecinito guaperas Sebastian Hook | GayHoopla
Hasta qué punto se había arrepentido de la vida de casado, no lo sabía ni el propio Ryan Winter. Cada día era una monotonía que pesaba y pasaba lentamente. Ya no era el mismo tio risueño, aventurero y valiente. Ese había dejado paso a un hombre solitario, triste y de costumbres. Pero todo eso cambió cuando a la casa de al lado de mudó una familia que tenía por hijo a un jovencito que le hizo tilín y le mantuvo despierto.
Sebastian Hook se convirtió en su gymbro. Salían cada mañana juntos a hacer deporte y repetían por la tarde. Ryan montó algunas máquinas de pesas en el garaje, donde acudían para ponerse cachas, y quedaban los sábados por la noche para ver el partido, después de pasar por el súper en coche a por unas birras y patatas. Para las posibles lesiones, Ryan había reimaginado una habitación trastero colocando una cama en medio y nada más.
Allí es donde terminaron tras el entrenamiento y donde la cosa fue a más. Ryan pidió a Sebastian que le diera un masaje en la zona dolorida. Ya lo sentía, pero al darse la vuelta no pudo ocultar lo contento que estaba. Sebastian iba desnudo de cintura para arriba y tenía los músculos bien definidos, sobre todo los abdominales. Ryan supo que Sebastian se había dado cuenta, se le quedó mirando y en un acto inconsciente se relamió los labios.
El chaval miró la puerta, se acercó a cerrarla para que nadie molestara. Ryan se bajó las bermudas. Sebastian le agarró la pija toda larga con una mano, se la pajeó y posó la otra manita en el muslo. La mano subiendo y bajando por su barra. Ryan no podía apartar la mirada. Si seguía a ese ritmo le iba a llenar el puño de lefa. Se encaprichó del chaval, tan mono, tan guapo, con ese brazo fuerte marcando biceps machacándosela.
Se desnudó, sacó un condón del bolsillo antes de dejar las bermudas en la silla, se lo colocó a Ryan, le dio la espalda y sentó su pandero respingón en sus piernas clavándose la polla y pajeándosela con el culazo. Se la hizo con ganas, reventándosela con el trasero. En una lucha por ver quién era el más duro, Ryan se la devolvió y lo empotró contra la pared antes de llevárselo a la cama y follárselo abierto de piernad como un misionero. No paró hasta que vio salir la leche del rabo de Sebastian.