Derek Spears mete una buena follada a pelo al atractivo Parker Nolan | Randy Blue
Ningún tio se la había chupado con tanta dulzula. Normalmente al ver una polla larga como la de Derek Spears, iban a saco, a tragar, a metérsela hasta el fondo de la garganta besando sus huevos, pero Parker Nolan se lo estaba haciendo de vicio, rodeando el cipote con su lengua, llevando el control de la mamada. Por primera vez en mucho tiempo, Derek se vio obligado a echar la cabeza hacia atrás y desviar la mirada de la cara guapa de ese chulazo que se la estaba comiendo, por temor a dejarle la barbita decorada con lefa a las primeras de cambio.
Se acabaron los jueguecitos. Le tenía unas ganas que flipas. Se lo llevó al borde del sofá donde le abrió de piernas separándoselas con sus muslos y lo reventó a pollazos clavándosela a pelo. El tio aguantó las embestidas aferrándose al reposabrazos del sofá y al hacerlo se le marcó el biceps, dejando a la vista todos los pelazos de su sobaco. Al verlo así, desnudo, entregado y tan buenorro, Derek se la calvó con más ahinco.
No había palabras entre ellos, sólo gemidos. Sentó a Parker sobre sus piernas, mirando hacia el frente. Le gustó tanto meterse la polla a pelo por el culo que soltó un gemido desgarrador y se dejó caer su cuerpo hacia atrás, sobre el torso de Derek. Parker sintió algo rozando el interior de sus muslos y sus pelotas. Parker la tenía tan larga que el cabrón le estaba restregando la pija por la huevera a cada salto. Y qué gustito daba eso.
Le dio por culo en la camita, a cuatro patas. A medida que el enculamiento progresaba adecuadamente, Parker fue perdiendo la estabilidad, Derek se inclinó más sobre su cuerpo y acabó trincándoselo casi espatarrado sobre las sábanas. Parker lo sabía, Nolan lo sabía. Aquello iba a acabar así. En algún momento Derek sacaría la polla del culo y se correría encima de sus nalgas peluditas.
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