John Brachalli y Eloy Lopez se follan sin condones y se corren uno encima del otro con unos potentes chorrazos de lefa | Lucas Entertainment
Manly Desires
Era la misión de John Brachalli convertir al jovencito Eloy Lopez en todo un hombre. Había pasado por su edad no hace mucho y entendía perfectamente las necesidades de un chico como él, casi todo el día pensando en culos y rabos, yendo a lo rápido, a la satisfacción fugaz, una paja rayo, una mano o una boca amiga chupando tu miembro viril en potencia. Ese día John iba a darle mucho más, iba a darle la oportunidad de comprobar que el sexo entre hombres iba mucho más allá
Sí, por supuesto que le comió la polla al yogurín, que para eso la tenía bie n larga y hermosa, pero comenzó a hacerlo de una forma que le volvió loco y que seguramente pocos de sus compañeros de instituto habrían hecho, relamiéndosela desde las pelotas hasta el cipote, sin dejar de mirarle a los ojos. Quería enseñarle eso, la conexión entre dos tios, sus miradas encontrándose compartiendo algo tan íntimo y especial.
Eloy no estaba acostumbrado a eso. Entre los chicos de su insti siempre desviaban la mirada, evitando cualqueir contacto que implicara algo más. Por eso gimió de gusto y casi se corrió encima al ver la lengua caliente y húmeda de John, sus ojazos, su cara guapa repasando su verga de abajo a arriba. Aquel momento sólo fue la punta de lo que estaba por llegar.
Pajas y mamadas, a eso se circunscribía el círculo de guarradas que había cometido hasta ahora con otros chicos de su edad. Ahora, por primera vez, se encontraba a cuatro sobre la cama, esperando a que otro tio se la metiera. John lo desvirgó con mucho amor, metiéndole toda su enorme polla sin condón por el culo, inclinándose hacia el chico, abrazándolo, buscando su boca, sus besos, encontrando su amor.
Joder, qué culo tan bonito, le estaba encantando y encima apretadito, como esperaba de su primera vez. Al salir de su interior, le sorprendió lo dura que la tenía Eloy, dura y bien grande, con un cipote descapullado, enorme y lustroso. Estaba deseando saber qué tal se le daría eso de follar, así que se tumbó en la cama, se abrió de piernas y dejó que el chaval decidiera sobre el futuro de ese encuentro.
Para su sorpresa, encontró a todo un cabronazo empedernido. No tendría mucha experiencia, pero sabía lo que se hacía. Se dedicó a comerle el rabo a John a boca llena mientras empleaba la manita para abrirle el ojete del culo a dedazos. Lo siguiente que hizo fue empotrar su culo y follárselo a pelo devolviéndole la jugada. John miró encantado ese cuerpazo atlético dándolo todo, su pechote peludito, sus abdominale smarcados por el esfuerzo. Le estaba encantando ese chico.
Se comieron las pollas, se dieron por culo y llegaron a ese momento en que no pudieron aguantarse más las ganas, porque tenían las pelotas a rebosar. Fue cuando Eloy tomó asiento sobre las piernas de John y se lo cabalgó. El chaval la tenía super tiesa, tanto que formaba una línea paralela con su vientre, completamente apuntando hacia arriba. Los dos mirándose, cara a cara, cerquita uno del otro.
Entonces Eloy estalló de placer y a John le pilló por sorpresa, dejándole con la boca abierta. Un chorrazo potente de lefa salió disparado mojándole el pelo, la frente, la cara, la barba, el torso velludo. No se había recuperado de la sorpresa cuando le lanzó otro trallazo encima, este incluso más cargado de vitamina, blanco y espeso, regándole de arriba a abajo. Completamente empapado en semen, John se puso perraco, volteó a Eloy dejándolo bocarriba en la cama y se tomó la venganza apuntando con el rabo hacia su cara y su cuerpo, propinándole una descarga de leche de campeonato.
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