Tim Kruger se goza sin condón el redondito e irresistible culazo de Igor Lucios | Tim Tales
Le había puesto muchas veces contra las cuerdas, otorgándole unos buenos rabos para que se los gozase, pero era la primera vez que Tim Kruger iba a probar de primera mano las bondadades del guaperas Igor Lucios. Había visto a muchos correrse sobre su linda cara al ver su media sonrisa y sus ojazos. Se preguntó si él aguantaría los galones, si superaría la mamada, si podría llegar a follarse a pelo su lujurioso y redondito culazo.
El chaval sabía cómo calentar la cama, con unos besitos de buenas noches, su mano arropando las dos pollas bien duras. Tim miró hacia abajo. Le encantaba el enorme pollón de Igor, uno de los más guapos, largo y gordísimo. Tim le superaba por cinco centímetros, un tiarrón grande con una polla descomunal, pero con sus veinte centímetros, la pollaza de Igor destacaba tanto como la de Tim. Así vistas, pajeadas una sobre la otra, juntitas, cualquiera que las mirara no sabría distinguir acerca de quién la tendría más grande.
Superó la mamada con creces, aunque le despertó bien la leche en los cojones al ver esa cara bonita, esa sonrisa, esos ojos mirándole fijamente mientras acaparaba una polla que apenas le cabía en la boca. Por fin. Por fin tuvo su culito. Suave, redondo, un placer para los sentidos. Si se dedicaba a mirarlo embelesado, observando cómo rebotaba sobre su entrepierna devorando su rabo, estaría perdido, así que se abrazó a él y le reventó a pollazos regalándole todo su amor incondicional.
Abierto de piernas Igor no tenía desperdicio. De nuevo su carita guapa, su sonrisa, su cuerpo musculado y tatuado, buenos muslazos, las bolas y su gran rabo meciéndose entre sus piernas como un flan. Así daba gusto blandirle el ojete. Cogió sus piernas y le lamió los pinreles por puro vicio mientras seguía cavando a fondo. Se corrió bien a gusto abandonando la vitamina por debajo de las pelotas del chaval, entre sus nalgas, dejándole el pandero bien cubierto de leche. Se lo folló a pelo una vez más usando su propia corrida y cuando salió de su interior, Igor se llevó las manos al culo y se lo abrió de par en par, enseñando a Tim cómo se lo había dejado to guapo, bien sucio.