Tommy Dreams y Martin meten doble rabo sin condón a Giuspel destrozándole el culo y se corren en su cara y en sus pelotas | Tim Tales
Giuspel's DP Session
A cabronazo no le gana nadie. Giuspel es de esos tios bien cachondos que excitan a los hombres aprovechándose de su cuerpazo peludo y varonil, de la forma de su apetitoso culazo de macho y consigue que luchen por metérsela, hasta tal punto que deja que los dos pasen dentro de él y se sumerjan en una encarnizada batalla por poseer la bandera de su amor.
Le gustan los tios muy bien dotados como Tommy Dreams y Martin, de más de veinte centímetros. Nada le pone más que arrodillarse y tener unos rabos enormes colgando frente a su cara, aunque después algunos sean tan grandes y gruesos que ya sólo con tragarse le cipote se siente satisfecho, pero le mola tener donde agarrarse, donde pajear, donde chupar como un buen devorador de pollas, sobre todo tenerlas ahí duras y esperando, meciéndose en el viento, rozándole el hombro y la cara hasta que llega el turno de la mamada.
Uno le satisface, pero con dos se lo pasa mejor, porque así pueden llenarle los dos agujeros, uno callándole la boca y el otro atravesándole el ano. Esta vez presiente que se ha pasado, porque esos dos tios son unos dominantes de tomo y lomo, demasiado bien dotados con dos buenas herramientas gemelas de veintitrés centímetros. Esa forma que tienen de metérsela tan confiados, tan viciosos, sin ser conscientes de la herramienta que se traen entre las piernas, le vuelve loco.
Cree que puede. Al menos lo va a intentar a ver cómo sale la jugada. Estando sentado sobre las piernas de Tommy, bien trincado por su largo y robusto pene, se tumba sobre su torso y se abre de piernas para dejar que Martin pase también dentro. Mientras lo hace y se entrega, ya es tarde para arrepentirse. Martin desliza su rabo por encima del de Tommy y se lo mete dentro.
Ahora tiene dos pedazo trancas jodiéndole el culo, expandiendo la circunferencia de su ojete como nunca. Siente como si se lo fueran a romper en algún momento. Están los dos tan apretados que Martin termina por dejarse vencer primero. Saca el rabo y se lo menea. Giuspel ve en primera fila cómo el chaval se corre encima de sus huevos. Tommy sale también de su interior y acude rápidamente rabo en mano apuntando hacia su jeta. Una copiosa corrida le revienta la cara, ensuciándosela con lefazos bien cargados y potentes.
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