Nicholas Ryder y Skylar Finchh ofrecen sus culos a Dakota Lovell para que se los folle a pelo con su enorme rabo | Say Uncle
No Spring Break Regrets
Otra tarde aburrida en casa de los Ryder. Dakota Lovell no paraba de mirar el móvil y Skylar Finchh retaba a su padre intentando arrebatarle el mando a distancia de la tele, pero Nicholas Ryder era más listo y no se dejaba. Nicholas había enseñado sus chavales a hacer lo que sabían, pero para que esa no fuera una tarde cualquiera más, estaba a punto de sorprenderles con algo que seguro les gustaría.
Tarde de chicos y nada de peli y manta. Dakota no podía creer lo que estaba oyendo de boca de su padre, que con tal de contentarles, se iba a dejar comer el culito por primera vez. «¿En serio?«, le preguntó sorprendido Dakota. Pues claro que iba en serio. Nicholas levantó un poco el culete del asiento a la vez que se encargaba de desabrocharse el botón de los pantalones, se los bajó hasta los tobillos, dobló las rodillas llevándolas al pecho para abrir el culo de par en par y disfrutó de la cara de su chico al verle así.
Le entró una oleada de gustito al sentir la lengua de su chaval abriéndose paso por el interior de su ojete. Nicholas tenía los huevos tan grandes y colgando, que no paraba de frotarlos contra la nariz y la frente de su protegido. El muy cabroncete salió de entre sus piernas con los morros y la nariz rojas como un tomate, mirando a su hermanito, dándole a enternder que se acababa de poner las botas.
Papá ya estaba empalmadísimo, pero esa tarde aguantaría las ganas y dejaría todo el protagonismo a su pequeñajo. Nicholas se desnudó por completo. Sólo se dejó los calcetines puestos. Sepuso de rodillas en el sofá mirando hacia el respaldo y separó sutilmente las piernas para poner en bandeja su culo y entre los muslos su rabo y sus cojones colgando gloria bendita. Skylar se arrimó de la misma forma a su patriarca, así que Dakota tuvo dos culos abiertos todos para él y su disfrute.
Follada a pelo entre hermanitos. Para Nicholas fue un puto morbazo presenciarlo. Skylar se sentó sobre las piernas de su brother, agarró la polla maciza de Nicholas e intentó metérsela por el culo. Nicholas le había salido mejor dotado de lo que esperaba. En ese cuerpo casi infantil, delgadito, no podía haber lugar para una pija tan larga y descomunal como la que tenía.
La polla entró por su culo sin condón y empezó a dar saltitos. Nicholas se acercó al mayor y le revolvió el pelo de la cabeza, orgulloso de él. Pasó una mano por su espalda, bajando hasta su culo, le atrapó una nalga con la mano y saboreó el tacto turgente, suave, redondito. En un acto de amor, le besó mientras Dakota se inclinaba para coger el pollón de papá y metérselo en la boca a la vez que hacía un cuenco con la otra mano sosteniendo sus grandísimas y colgantes pelotas.
Dakota abrazó a su hermano por la cintura sin salir de su interior. Nicholas se sentó sobre los tobillos echándose hacia atrás. Skylar acababa de cogerle la tranca y se la estaba masturbando con suavidad, creándole leche en las pelotas. Hasta ahora a Skylar le había costado comer rabos, era timidito, pero Nicholas vio el momento oportuno para darle de comer. El chaval estaba cachondo, podía leerlo en su mirada, en su carita. Se puso de pie en el sofa y los labios de su chico mayor empezaron a mamar de su rabo.
Como buen padre, Nicholas quería satisfacer a los dos. Hizo un sesenta y nueve con Skylar plantándole toda la dote en la jeta y por fin Dakota tomó el regalo de su padre de aquella inolvidable tarde, penetrándolo por detrás y sin condón. Dakota enseguida notó la diferencia. El culo de papá era más grandote, más formado, más varonil. Qué cojones, le gustaba mazo.
Mirar hacia abajo y ver cómo las pelotas de papá retozaban por encima de la frente de su hermanito le volvió loco. No podía aguantar más. Nicholas y Skylar se pusieron de rodillas cada uno a un lado, besando y frotando el pollón de Dakota entre sus labios, desde la base hasta el cipote y vuelta a empezar, a la par. Se la comieron pasándose el testigo hasta que Dakota estalló de placer.
Se agarró la polla y disparó fuerte hacia arriba. La leche salió despedida cayendo sobre la cara de su hermanito y de papá, que no paraba de disfrutar de la paja menando la cabeza, con la barba y el bigote, con toda la cara llena de la leche de su chavalín. Y cuanto más le veía disfrutar, más fuerte disparaba Dakota, cuya corrida parecía no tener fin. Cada vez más alto, cada vez sacando más leche. Papá y su hermano riéndose, incredulos, mojados con su semen encima. Luego otra vez los labios de ambos besando, chupando su polla recién corrida. Se agachó y compartió con ellos su lefa dándose unos besitos a tres bandas.
Nota: Las imágenes, el vídeo y el texto reflejan una obra de ficción. Los actores no tienen ninguna relación de parentesco real.
