Tim Kruger se folla sin condón el despampanante culazo del musculoso francés Kinkoer | Tim Tales
La lengua francesa tenía fama de ser la más romántica del mundo y Tim Kruger estaba deseando probar la lengua de un francés en la cama, relamiendo su larga polla, a ver si ese tipo de lengua le ponía algo más que romanticismo al asunto. Kinkoer no sólo tenía buena lengua cuando se la metía dentro de la boca y se la saboreaba, también tenía buena boca, unos ojazos que quitaban el hipo y un culazo grande y tragón de los que hacen época.
Guapo y varonil era un rato, aparte de tener un cuerpazo grande y musculado, el tipo de caramelitos que Tim deseaba siempre llevarse a la cama. Conservar la pija en toda su dureza y esplendor no fue problema para él, sobre todo teniendo a tiro ese culazo de macho. Se la metió a pelo y fue suave hasta que Kinkoer giró la cabeza y le vio relamerse.
Que nadie le preguntara por qué, pero Tim sabía por instinto cuándo podía comportarse como un animal con un tio. Puede que fuera por sus caras de cerdos viciosos, por sus gestos, pero algo de repente hacía conexión en su mente que le decía que tenía libre para follar como un pervertido. Cubrió el pandero de ese chulazo francés subiéndose a la cama, dejando el culo entre sus piernas y arremetiendo de principio a fin, una y otra vez con sus veinticinco centímetros de pirula.
Tener a ese tio encima de él, musculadito, viendo su pija, frente a él, saltando, bombeando su rabo con ese trasero, le puso contra las cuerdas, así que cuando vio que la leche se deslizaba lentamente por sus cojones, respiró hondo para retenerla un poco más, agarró por las caderas a ese mamón y le zumbó de lo lindo desde abajo tomando el control. Se tomó su tiempo para gozárselo bocarriba antes de sacar el rabo y decorar la parte baja de sus pelotas y el agujero de su culito con una buena dósis de esperma.
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