Llegó el día de Sam va lentín. Filou Fitt, el prometido de la hermana de Theo Dore estaba buenísimo. El tio era un armario empotrado que casaba perfectamente con su sister, una mujerona con un buen culazo y unas tetas que saltaban a la vista. Teniendo en cuenta esos detalles, no esperaba menos que su hermanita hubiera escogido a un tio que tuviera la polla a medida, porque para cazarla dentro de ese culazo y abrirse camino por la raja, hacían falta muchos centímetros de más, no bastaba con el tamaño medio.
Al llegar a casa con ella, se encontró con que Filou se lo había currado. Acababa de dejar un rastro de pétalos desde la entrada hasta la habitación de matrimonio, esa que usaban para fornicar, desde la que se escuchaba todo, absolutamente todo. La mente de Theo empezó a volar. La idea de ver a su futuro cuñado desnudo fantaseaba por su mente desde hacía tiempo. Ya había pensado en interrumpirle en el baño y muchas más cosas como ir a mear juntos, pero nada había funcionado.
Aquella era su oportunidad. Taponó la visión de su hermana para que no viera la muestra de amor de su amado, ella se largó y él se dirigió a la habitación, entreabrió la puerta y se encontró a Filou tal y como imaginaba, completamente desnudo, de costado en la cama, con el rabo erecto, pajeándose. Y menudo rabo, joder, larguísimo, mejor de lo que podía haber imaginado.
Lo mejor es que llevaba el antifaz puesto y al escuchar los pasos se imaginó que era su chica, así que Theo tuvo la oportunidad de verlo en todo su esplendor. No iba a tener una oportunidad como esa en su vida. Bloqueó el pomo de la puerta con una silla, se acercó a la cama, cogió con la mano ese rabaco grande y caliente y se lo llevóa la boca consiguiendo despertar en Filou un gemido de auténtico gustazo.
No podía creerlo, no sólo estaba viendo por fin desnudo a su cuñi, sino además todo empalmado y encima le estaba comiendo toda la polla. Que larga, qué gorda, que rica estaba y el gusto que le daba mamársela. Lo dio todo con la mano, la lengua y los labios, disfrutando del mejor pollón que se había comido nunca, una auténtica obra de arte, un falo admirable. Sabía que en cuanto Filou se quitara el antifaz se acabaría todo, así que sí, se aprovechó de él todo lo que pudo.
Le alegró escuchar de la boca de Filou lo bien que se la estaba chupando. Sabía que un tio podía chuparla mejor, por el simple hecho de conocer los gustos de un hombre al dedillo. El momento llegó. Filou se quitó el antifaz, sorprendido y sin dar crédito. Por suerte para Theo, era de esos que en cuanto están en plena acción ya no pueden parar, así que Filou dejó que se la siguiera mamando, le agarró al cabeza y le hizo una folladita.
Justo cuando Theo se estaba desnudando y mostrando el culo a Filou para ver qué le parecía, aunque nunca llegaría al nivel del de su hermana, ella interrumpió llamando a la puerta. Filou se vio obligado a abrir, aunque la pidió paciencia, ya que la estaba preparando una sorpresa. Ella quedó satisfecha con la respuesta, sobre todo después de ver a su chico empalmado. Eso siempre la ponía tontorrona y la calmaba.
Estaba claro que no tendrían mucho más tiempo. Theo se puso a cuatro en la cama y pidió a Filou que se lo follara. La idea de tener otro culo a su disposición en esa cada puso a Filou cachondo. Se acercó a Theo, retiró sus finos calzoncillos hacia un lado dejando al descubierto su raja, apuntó con la polla enorme hacia su ano y lo penetró entero y sin condón.
Siempre había deseado follarse la estrechez de un culito. Ella nunca le dejaba la puerta de atrás y su hermano se lo estaba dando todo. Le encantó esa nueva experiencia. Tenerla mucho más apretadita le daba un gusto extra. No podía dejar de mirar su larguísimo rabo sin fin internándose en el culazo pomposo y blanquito. Cada vez sentía más afecto por su futuro cuñado.
Le dio la vuelta, le abrió de piernas, se subió con él de rodillas a la cama y le blandió el culo con su espada láser. Lo que vio por delante también le gustó. Theo estaba bien dotado. Su rabo y sus huevazos se mecían como flanes cada vez que Filou arremetía con su nabo dentro. La alternativa a la de ver rebotar dos buenas tetazas no era ni tan mala. Si tuviera que decidir habría dicho quele gustaba tanto o más.
Lo hizo. El amor estaba tan a flor de piel por todo su cuerpo que se abalanzó hacia Theo y, después de un cara a cara mirándole a los ojos de cerca, le besó. Le empotró contra la pared y luego le dejó cabalgar encima de su polla. Le culeó desde abajo fijándose en ese cuerpazo atlético y con el pecho peludete que cada vez le gustaba más. Hasta se animó a tocarle la polla, que no paraba de retozar morcillona entre sus pectorales.
Tenía que pasar tarde o temprado. Con esa potente enculada, Theo se sacó la paja y la abandonó encima de los abdominales de hierro de su cuñi. Filou también estaba a punto. Los dos se pusieron de acuerdo sin hablarlo. Theo se arrodilló y Filou acudió rápidamente a él rabo en mano pajeándose sobre su cara. Con el primer dsiparo le mojó el moflete y la barba, el segundo salió propulsado hacia su pelo, dejándole toda la gomina puesta. Por la raja del cipotón seguía manando leche. Theo se la metió en la boca y se la gozó antes de que su hermana apareciera y viera el desaguisado.
 
					 
					








