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William Seed y Chuck Conrad se follan y machacan sin condones el culazo de Mr. Deep Voice a pachas | Reality Dudes

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El entusiasmo llevó a Mr. Deep Voice a contactar con varios tios que le gustaban y con los que quería pasar la noche. Dos de ellos, William Seed y Chuck Conrad se presentaron en su puerta a la vez. La situación fue un poco embarazosa al principio, pues se miraban con recelo, pensando si habían llamado al timbre correcto. Salieron de dudas cuando Mr. Deep salió a recibirles y les dijo que esperaran en el sofá mientras se preparaba.

Cada uno a un lado, parecieron mirarse retándose a ver cuál de los dos estaba mejor dotado. La espera les llevó a tocarse los paquetes y enseguida sus lanzas se empinaron bajo la tela de los pantalones, dejando a un claro ganador en ese aspecto. Mr. Deep se presentó con unos calzones abiertos por detrás, dejando claras sus intenciones. Se arrodilló frente a los dos y esperó a que se quitaran toda la ropa.

William fue el primero en hacerse una bajada de pantalones frente a Mr. Deep. La sacada de chorra fue excelente, con todo su pollón grande y erecto impulsándose hacia arriba después de que la goma lo hubiera forzado hacia abajo más de la cuenta. Chuck se quitó la remera, se la puso al cuello como si acabara de salir de los vestuarios del gym, se levantó y meneó las caderas, enseñando quién era el campeón.

No le hizo falta bajarse los pantalones grises de algodón para presumir. La pedazo tranca que se empinaba y empoderaba hacia el frente estaba fuera de toda duda. Aún así, Mr. Deep se abrazó a sus piernas para verla de cerca cuando se la sacara. Le salió una sonrisa nerviosa y de auténtica sorpresa al ver ese mastodóntico pollón marcado bajo los pantalones a medida que le bajaba la goma.

Al verla ya fuera, tan larga, gruesa y gigantesca como un puto brazo, miró a Chuck, intentando comprender cómo un tio podía tener semejante mingote entre las piernas. La cogió con la mano rodeándola con los dedos, tan ggorda que ni se tocaban entre sí y la llamada de la naturaleza le invadió obligándole a chupar esa poderosa verga descomunal.

Sorprendido una vez más con el tamaño del cipote y lo bien que calzaba en el interior de su boca rellenándosela enterita, se esforzó un poquito más y comió más trozo de rabo, deleitándose con todas sus bondades. La sacó de su boca, llena de babas, colgando toda dura frente a su jeta, tomando aire, emocionado por haberse comido al menos dos tercios de ese pollón.

Muy buena polla, pero en el fondo de los dos el que le molaba para algo más era William. El tio no sólo estaba cañón, sino que era guapísimo. Se metió entre sus piernas y adoró su polla, muy larga y, aunque no tan voluminosa como la de Chuck, también le puso en serios aprietos, porque igualmente consiguió llegar a tan solo tres cuartos de comerle toda la barra.

De rodillas en el suelo y ellos dos sentaditos con las piernas ligeramente abiertas como si estuvieran en su casa, Mr. Deep les cogió las trancas y, sin dejar de mirarles, les pajeo a la vez, halagándoles por lo bien dotados que estaban. William no le quitaba ojo. Era tan guapo, tenía las mejillas sonrojadas y tan necesitado de cariño, poniéndole esos ojitos de cachorro mimoso. Mr. Deep se inclinó y volvió a meterse por la boca todo su pollón.

Unas palmadas fuertes de Chuck en el culete eran todo lo que necesitaba para entregarse a esos dos tios. Se quitó los gayumbos y los tres se quedaron unos segundos mirándose y pajeándose. Se subió al sofá e hizo una sentadilla sobre las piernas de Chuck. Abrió el ojete a tope para dejarle pasar. La tenía jodidamente enorme. Le estaba destrozando el ano literalmente, pero miró esa cara de macho empotrador, sintió el calor de ese cuerpazo varonil y grandote bajo él, bien peludo. En un influjo de amor por ese hombre y lo potente que era, el agujero se expandió y logró metérsela dentro entera.

Unos segundos que parecieron eternos. El gigantesco rabo dentro de su cuerpo, sus nalgas tocando los muslos de Chuck. Mr. Deep se tomó su tiempo antes de empezar a arrastrar ese rabaco fuera y dentro de su esfínter, saltando sobre él. Chuck no tuvo tanta paciencia. Un tio riquísimo sobre él, que frotaba la minga contra su vientre. Plantó los pies en el suelo y le jodió duro culeando desde abajo, reventándole por dentro, con los huevos batiéndose entre sus muslos.

Mr. Deep aguantó las embestidas de ese cabrón. Enparte pudo resistirlas porque estar en brazos de un leñador así le ponía super cachondo. Le agarró la carita con las dos manos, rozando su frondosa barba, mirando fijamente sus ojazos. Cómo no darle todo a un tiarrón así. Al sacarse su polla, notó que el ojete iba a tardar lo suyo en cerrarse, así que se lo ofreció a William como recompensa por su espera y paciencia, que se había quedado mirando y pajeándose.

Se la enchufó por detrás mientras Mr. Deep le comía todo el trabuco a Chuck. A esas sí era a las que estaba más acostumbrado y aún así era bien gruesa. Le alegraba que un chulazo como William le estuviera dando por detrás. Después de probar una bien grande, la de William entró como la seda. De vez en cuando miraba hacia atrás para ver ese cuerpazo musculoso que tanto le gustaba. Era bien potente.

Boca y culo bien rellenos. Dos chulos dándole su merecido. Mr. Deep se puso de rodillas mirando contra el respaldo del sofá, separando las piernas y dejó que aquellos dos hicieran su trabajo. Chuck fue el primero en darle por culo. Joder, eran tan diferentes que el contraste entre los dos le estaba poniendo perraco. Chuck con su fornido pollón, tan bestia, agarrándole de los pelos mientras se la metía, dándole duro, sin ser consciente del pedazo vergón que tenía, desgarrándole el ojete.

Sacó la polla y se la pajeó todo lo larga y grande que era con la mano izquierda, soltando la leche sobre el culo blanquito y redondo de Mr. Deep, gimiendo como un animal al sacarse la lefa de los cojones, palmeándole el culo con el pollón recién corrido. William tan cuidadoso, el amante perfecto. Se escupió en la palma de la mano antes de metérsela, pero enseguida estuvo más avispado y paseó su pene por la nalga de Mr. Deep, donde Chuck se había corrido, haciendo retozar su pene por ese material de primera calidad, lubricante natural.

Se lo folló con la lefa del otro tio pegada a la polla. Se agarró a los hombros de Mr. Deep y le dio duro machacándole con fuerza, haciendo que sus nalgas rebotaran como flanes con cada empuje de sus caderas. Le sacó el rabo y le soltó una buena lechada inundándole la parte baja de la espalda y el culazo con su semen. Recogió un poquito con la polla y se la metió dentro.

Miró hacia atrás. William todavía la tenía durísima, empinada hacia arriba, bien golosa. Chuck había tenido tiempo de reposar. Avanzó unos pasos con el rabo colgando, enorme. Cualquiera diría que estaba ne reposo. No lo parecía. Un mastodóntico pollón que lucía de lujo en un tiarrón tan corpulento como él. Citarles a la vez había tenido su gracia y ya estaba pensando en la forma de cometer el mismo error.

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