Igor Lucios y Romeo Davis atacan el culazo de Kosta Viking y se marcan un placentero trenecito sin condones | Raw Fuck Club
Sweaty Fuck Part 1
En cuanto Romeo Davis vio entrar por la puerta a Igor Lucios y Kosta Viking, el calentón fue sublime. Estaban allí para hacer cosas de hombres, para follar y eso estaba claro, pero contó con tomarse antes una cerveza o charlar amigablemente. No, fue ver la carita guapa de Igor y sentirse atraído al instante por esos ojitos y esos morros. Kosta se puso cachondo viendo a esos dos comiéndose las bocas, se metió entre medias y fue sacándoles las vergas para comérselas a boca llena.
Menudas pirulas tenían, bien largas y macizas. La de Romeo era robusta, gorda, todo un jodido pollón, mientras que la de Igor era más blanquita y jamás hubiera supuesto por su complexión que pudiera calzar de esa manera, con un rabo tan grande y grueso. Miró hacia arriba. Ya no se estaban besando. Permanecían atentos a cómo les chupaba las pollas. Igor se agachó y le comieron la tranca a Romeo a dos bocas.
El chavalito estaba bien rico y tierno. Kosta le brindó rabo y Romeo se fue a por su culo, uno blanco, suave y redondito como a él le gustaban. Metérsela por la profundidad de esa raja horadando su agujero fue un puto placer. La mantuvo dentro a salvo unos segundos hasta acostumbrarse, cerró los ojos, le echó un par de huevos agarrándole por las caderas y se lo folló.
Ahí atrás dando por culo, Romeo sentía le poder en sus manos. Se estaba poniendo las botas ya no sólo follándose ese culito bien rico, sino que le entusiasmaba poder ver a ese tragoncete comer la pitula del otro tio. Se le ocurrían nada más que guarradas para hacer con esos dos. Volteó a Kosta, haciéndole que pusiera el culo en la cara de Igor para que le comiera la raja.
Los tres en fila, dándose la espalda. Se le ocurrió otra idea lujuriosa, que Igor le diera rabo a Kosta también y entre los tres formaran un trenecito sin condones. Lo hicieron y Romeo paró la máquina de vez en cuando para agacharse y chupar las bolas y la polla dura de Igor mientras estaba follando. Le encantaba sacar la lengua y sentir el roce de los huevos calientes de un tio rozándola. Una puta cerdada.
Se levantó y volvió a encajársela por el orificio. Tres tios bailando al compás, un cha cha cha placentero con las pollas metiéndose bien por los agujeros y tres pares de cojones bailando entre las piernas. Romeo les hizo ponerse uno a lado del otro a cuatro patas sobre la cama, con los culetes al borde del colchón. Atizó a uno a pelo mientras al otro le tocaba el culazo con la mano hasta que llegara su turno. Dos culitos para él solo, para follárselos, para joderlos a toda hostia e inflarlos a pollazo limpio.
Le gustaba participar, pero también le volvía loco el modo voyeur, mirar desde la distancia. Él sólo se encargó de ser un poquito mamporrero, cogiendo la enorme tranca de Igor, chupándola para darle lubricante suficiente antes de dirigirla hacia el interior del ojete de Kosta. Allí les dejó follando, con una sonrisa de satisfacción en la cara al ver el ppollón penetrando ese culazo sin condón, el culo subiendo y bajando por el pene, tragando polla.
No pudo apartarse demasiado. Vio escapar la polla del culo y se acercó para meterla. Ya se quedó allí, con la cara pegadita a la follada, contemplando maravillado el momento, sosteniendo los huevazos de Igor en la mano. Se la sacó del culo y le dio más lubricante con su saliva, pero su polla estaba a rabiar también y necesitó metérsela por el culo a Kosta.
Aunque no llegaron a agujerearle a dobles, sí estaban preparados con los rabos juntitos para marcarse un mano a mano. Uno se lo follaba y mientras el otro cogía aire, el siguiente estaba preparado para seguir dando caña a ese culo tragón. Abre que va. Los dos sacaron sus vergas, Igor, que tenía encima a Kosta, le agarró por las nalgas, le metió cuatro dedos dentro del ojete, dos de una mano y dos de la otra con la intención de abrirle el agujero de par en par.
Romeo apuntó y le roció con su leche. La mayor parte le cayó sobre la espalda, pero otra parte le regó el ojal. Volvió a metérsela por el culo y sonrió al ver la lefa pringando la parte superior del rabo al empujar hacia adentro. Le regaló ese culo con premio a Igor, que le sacó lustre con la lengua y los morros y les dejó allí, besándose y jugando con la leche entre las bocas antes del siguiente asalto.