Viktor Rom y Hairy Wolf meten doble polla sin condón a Tyler Rex y se corren en sus barbas y en las de su colega
Orgía con machos
Había algo en la mirada de Hairy Wolf que invitaba al más puro cerdeo. Encontrarse con él en un pasillo era sinónimo de dejarle todas las puertas abiertas. Primero entraban ganas de comerle esa boquita mirando su atractiva cara y sus ojazos y luego apetecía descubrir todo su cuerpo peludo y comerse su gran tranca. Entre él y Viktor Rom formaron un tándem explosivo ante el que ningún hombre podía resistirse.
¿Qué quería el cachorro esa noche para cenar? ¿Un par de osetes que se dejaran hacer de todo? Pues a por ellos. Los dos tenían el mismo gusto, así que no les costó decidirse en cuanto vieron en la barra del bar a Tyler Rex y a un coleguita suyo. Los dos fuertotes, muy peludos, con una barba bien espesa. La idea de llenarla de mecos ya se la estaba poniendo dura.
Antes de llevárselos al catre, se echaron unas partidas al billar, donde hubo tocamientos impuros. Cuando Tyler o su colega se inclinaban para tirar a la bola, Viktor y el lobo aprovechaban para palmearles el pandero o para enseñarles a darle al taco, frotando sus paquetes por encima de esos impresionantes culazos como no habían visto nunca.
Había que tener una buena verga para satisfacer unos culos tan grandes, pero Viktor y Hairy estaban muy bien dotados, así que no tuvieron problema. Una vez en la habitación, se olvidaron de los preliminares y fueron directos a la acción. Hairy se sentó en el sofá, Tyler se enchufó su polla por el culo y sin condón y enseguida vino Viktor por detrás para meterle la segunda.
Ese culo peludo bien follado, con las dos pollazas enormes a presión intentando penetrarlo cada vez un centímetro más a fondo. En cuanto su colega salió del baño, los cuatro se dieron al cerdeo más pasional. Viktor tomó asiento, penetró al colega y justo encima Hairy se dedicó a proteger el culazo de Tyler, los cuatro formando una pila vertical de pollas y culos ante la que cualquier mirón no podría resistirse a soltarse una buena paja. Y sí, fue un placer para Viktor y el lobito ver salir la leche de sus pollas mojando los pelazos de las barbas de esos dos machos.