Alex Kof se encapricha del jovencito guaperas Jake Matthews y se lo zumba con su enorme y largo pollón | Cocky Boys
Tenía una minga bien larga y grande, así que Alex Kof no dudaba en usarla como herramienta para castigar a chicos malos como Jake Matthews, que adoraban ver cómo un tio asía su pedazo de polla enorme y la usaba como mazo para fostiarles la cara. Una buena relamida desde las pelotas hasta el capullo, recorriendo con la lengua ese pene kilométrico y venoso, se la pusieron a Alex bien dura.
La mamada fue alucinante. Pocas veces había estado Alex al borde de la corrida simplemente porque un chaval recorriera su largo rabo con los labios, y es que Jake lo hacía a tal velocidad, con tal succión y dedicación, que enseguida se le llenaron las pelotas de caldo a punto de rebosar. Le agarró la cabeza por detrás y le obligó a tragar polla hasta dejarle sin respiración. Cuando por fin le dejó tomar aire, el cilindro salió rebotando de su boca, apuntando hacia todas las direcciones como un molino.
Alex se colocó detrás de Jake y se la metió sin condón. Tuvo que usar bien de lubricante y aún así fue demasiado para el chaval, que comenzó a gemir de un dolor y un gusto terribles. Por suerte Alex sabía cómo manejar esa situación. Acarició el culazo del chico, que tenía unas buenas nalgas para su polla, se la metió lentamente pero sin dejar de penetrar su ano a placer y se abrazó a él por detrás posando los morros cerca de sus labios, rozando la nariz con la suya, dándole protección, compartiendo su dolor y su deseo.
Los gemidos se convirtieron en gemiditos de locura. Jake abrió ese par de ojazos claros y miró a Alex. No pudo aguantarle la mirada. Tener a un tiarrón así de potente y dotado invadiendo su espacio personal le parecía una auténtica locura, un sueño. Alex le sonrió. Le gustaba sentirse tan deseado. Hicieron muchas guarradas juntos y es que al ver esos ojazos y esa cara guapa, a Alex se le ocurrieron mil y una maldades.
Le miró fijamente mientras le metía un dedo por la boca, deseando que pronto fuera su polla la que estuviera ahí, le reventó subido al reposabrazos del sofá, metiéndosela hasta las bolas, pasó un rato jodido dejándose cabalgar, viendo cómo el culazo de Jake se tragaba su polla una y otra vez, le abrió de piernas y se lo hizo frente a frente, admirando esa carita que le ponía tan tierno y le aflojaba los cojones.