El jovencito guaperas Freddy McQueen se desnuda y se la casca | Bel Ami Online
Su preciosa cara me conquistó al instante con esos ojazos claros, ese pelo rubito repeinado y una sonrisa que me hizo amarlo para siempre. Freddy McQueen me parecía tan jovencito que tuve que pedirle que me enseñara su identidad, porque no aparentaba tener más de dieciséis. Entró con muchas ganas de enseñarlo todo, atento a las cámaras, como si hubiera estado deseando el momento de cumplir la mayoría de edad para que todos los chicos le conocieran sin ropa.
Cuando se quitó la camiseta consiguió ponérmela dura. Estaba delgadito pero fuerte y con un torso atlético. Me enamoró ver la franja de goma elástica de sus gayumbos de Calvin Klein asomando por encima de los vaqueros, amoldándose al contorno de una cintura que estaba deseando agarrar con mis manos para zumbarle. Los vaqueros los llevaba remangados por la parte de abajo.
Esa miradita mientras se quitaba los pantalones y se quedaba vestido apenas con sus calzones rojos y después completamente desnudo, con el rabo colgando. Flácido era de tamaño estándar, pero en cuanto le creció la polla, quedó claro que el chaval tenía un tamaño muy superior al de la media. Además de tenerla guapísima, muy gorda, un cilindro uniforme y también, al contrario de lo que cabría esperar de chicos de su edad, descapullada total.
Ay el culito, cuando se puso bocabajo y lo mostró, suavecito, con las piernas entreabiertas, los cojones entre sus muslos, apretados contra el asiento que quedó manchado con algo de precum porque tenía los huevos llenos. Se lo abrió con las dos manos. Su raja se expandió y por primera vez pude verle el agujero. Sólo quería quitarme también los pantalones y metérsela bien duro.