Dylan Maguire y Joaquin Arrenas se despelotan frente a la cámara luciendo rabos y culos en la casa de verano | Bel Ami Online
Es difícil contener una erección cuando la polla y las pelotas de otro tio te están rozando la pierna. Joaquin Arrenas se ha apoyado en el marco de la puerta de la casa de verano, tiene la rodilla doblada y para la foto Dylan Maguire se ha acercado más de la cuenta. Mirad a cámara. Ya no hay tiempo para frenarlo. Joaquin siente cómo su rabo dormido empieza a despertar.
Tras la primera tanda de flashes, Joaquin mira hacia abajo. Dylan le está mirando. Le gusta y sabe que le gusta. Es más bajito que él pero sin duda la tiene más gorda y con una buena bolas. Nada escapa a la mirada del objetivo. Joaquin, ponte de rodillas, coge con la mano el rabo de Dylan, pegando el lateral de la mano a sus cojones colgantes, el índice en la base y sosteniendo su gorda polla con los nudillos. Pega la cabeza a su cadera.
Dylan le acaricia el cuello por detrás con la manita y Joaquin nota cómo su rabo empieza a crecer de forma desmedida sobre su mano. Ya la puede soltar. Al hacerlo mira cómo cae rebotando, encapuchada, gordísima. Y por detrás esos huevazos colgando. Mira todo ese conjunto y se relame deseándo comérselo.
Ya en el interior, unas cuantas fotografías de espaldas y a solas, cada uno por su lado. Culos redonditos de piel de melocotón bañados por el sol del ocaso, pollas grandes y erectas que, para que luzcan en todo su potencial, empujan con el pulgar hacia adelante para que se queden tiesas en vertical y la cámara pueda hacerles justicia.
Desde la cama, mientras Joaquin se masturba y se la pone dura para su tanda de fotos personal, puede ver a Dylan en la cómoda del jardín recibiendo la suya. A pesar de tener una buena minga, ha preferido mostrar otras virtudes. Se está abriendo de piernas enseñando la preciosa raja de su culo y ha comenzado a dedearse el ojete. Joaquin vuelve a relamerse pensando lo mucho que su polla se divertiría ahí dentro. Le han bastado dos segundos para que se le ponga dura con tan buena compañía sin tener que tirar de la imaginación. Ya está preparado para que entre la cámara.
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