Tendencia

William Seed mete una buena follada a pelo a Mateo Zagal gozándose su culazo | MEN

The Perfect Fit

MALE ACCESS 5 TOP GAY PORN SITES 1 ALL-ACCES PASS

Aprender de los mejores, eso era lo que Mateo Zagal quería de su compañero de piso William Seed. Los dos se ganaban la vida como estríper, lo que quería decir que se tomaban muy en serio el cuidado de su cuerpo para que luego, dándolo todo en la pista, tanto hombres como mujeres se enamoraran de ellos hasta las trancas, deseando llevárselos a la cama.

La cosa es que William tenía bastante más éxito que Mateo y de alguna forma quería ver cómo lo hacía él. William se lo llevó al salón y le empujó contra el sofá para mostrarle sus secretos. «Forma parte del espectáculo«, le dijo, mientras Mateo caía hacia atrás sobre el asiento y William empezaba a desnudarse. «Y que tengas la polla bien dura ahora mismo, ¿también forma parte del espectáculo?«, le respondió observando el pedazo bulto que se le marcaba bajo os pantalones y al ver que su rabo estaba a punto de salírsele por la parte de arriba de los gayumbos.

En qué jardín se había metido por pedirle aquello. William era guapo, tenía un cuerpazo de escándalo y un pollón. Hasta a Mateo se le estaba empezando a poner morcillona y es que William siguió con el espectáculo, metiéndose la mano por los calzones y pajeándose la polla. De momento Mateo sólo podía ver el contorno de la polla haciendo tienda de campaña y su mano cada vez que se movía al frente.

Ahora que ya había observado todas sus armas para seducir al personal, tocaba hacer algo con esos rabos empalmados. Mateo cogió a William de los hombros y ahora fue él el que lo lanzó contra el sofá para que viera si había aprendido. Le mostró su mejor baile y su arma más potente, su pedazo de culo. Más de uno se propasaba con él en la sala, incluso algunos afortunados habían pasado al camerito para gozárselo.

Quería que Will fuera uno de esos chicos afortunados, así que se agachó, se metió entre sus piernas, le rasgó los calzones por delante y le sacó toda la polla. Tras relamerle de la base a la punta, se la metió entera dentro de la boca, succionando fuerte con sus labios al sacarla para volver a zampársela. «¿Esto es lo que les haces a los del público para seducirles?«, le preguntó William. Como respuesta recibió una buena mamada.

Si William se sacaba la pija en el escenario, lo hacía detrás de una toalla o una sábana blanca. Sí, algunas veces sentaba a alguien del público en una silla y les ponía el rabo en la cara, pero como mucho les dejaba un pajeo suavecito, tocar o una calada. Quizá él también debería aprender y ser algo más cabrón en ese aspecto. Obligó a Mateo a sentarse en el sofá, se subió de pie encima y le folló esa boca tragona.

Admiraba a los hombres que eran capaces de tragarse su pija hasta los huevos y que no sólo no se quejaban, sino que eran insaciables y le pedían más. Estaban los dos cachondos a más no poder. Mateo se abrió de piernas. Todavía llevaba los vaqueros puestos, pero no tardó en bajárselos a la altura de los muslos, enseñando su pandero a William y también su verga.

No sólo era grande su culazo, sino que también estaba muy apretado. Lo descubrió al ponerse encima y meterle la tranca. Iba a sufrir con ese polvazo, sufrir para no correrse a las primeras de cambio. Además, si miraba hacia abajo, podía verle las pelotas y el rabo, mucho más grande y gordo que el suyo. Al inclinarse sobre él para follárselo, notó su roce caliente sobre la cadera.

Le dio a pelo y luego le hizo desprenderse de los vaqueros para que se pusiera a cuatro patas. El tio era muy musculoso, tenía unos muslazos tremendos y sus nalgas eran jodidamente super follables. Daba gusto verle en esa postura y darle por culo no era una opción, era una obligación. Le hizo el amor por la retagurdia y le penetró como mejor sabía, a toda hostia y al toque.

Follando culos, William no tenía rival. Bueno, tenía uno pero ahora no estaba allí. El rabo durísimo, mucha fuerza y sobre todo habilidad para dar placer a un hombre. Mateo acabó dejándose vencer. Sus rodillas flojearon y acabó bocabajo. En lugar de tener compasión, William aprovechó para tumbarse encima y amarle con su rabo, metiéndoselo hasta el fondo, gozando de los placeres de ese tremendo culo.

No faltaron la cabalgata ni la cucharita. Precisamente con esta última postura, pudiendo ver la cara de su compañero y ahora amante, Mateo se vino arriba y dejó escapar el semen de su polla, mojándose los pelos del muslo. William se incorporó, le sacó el rabo y apuntó hacia el agujero, decorando los alrededores con su blanca leche antes de volver a hundir la pija en ese hueco irresistible.

Tan enganchados en la follada y tan distantes después de correrse. No cruzaron ni una sola palabra. Los dos negaron con la cabeza, Mateo compadeciéndose en el sofá, con el culo lleno de crema de macho y William saliendo a tomar aire a la terraza para recapacitar sobre lo que acababa de suceder. Algo les decía que iba a ser muy complicado convivir sin volver a hacer aquello.

VER THE PERFECT FIT EN MEN.COM

VER THE PERFECT FIT EN MEN.COM

Mostrar más
Botón volver arriba