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Jake Preston seduce a Colton Reece y se lo lleva a la cama para que se folle sin condón su precioso culito | MEN

Raunchy Brunch Part 3

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Si su novio no le daba rabo, el jovencito guaperas Jake Preston lo buscaría fuera. Una cena con amigos fue el escenario ideal para saciar su sed de sexo, que no acababa nunca. De entre los dos colegas, fijó su npunto de mira en Colton Reece. Le parecía guapete, estaba cachas y si su intuición no le fallaba, por cómo se le marcaba el paquete en el frontal de sus pantalones, la debía tener muy grande.

Aprovechó un tour por la casa para dejar que los otros fueran por delante y él quedarse atrás, estampar a Colton contra la pared y sobarle el paquetón. Cuando su mano se llenó entera, supo a ciencia cierta que con ese no se había confundido. Le encantó sobársela por encima de los chinos, mucho más escuchar la respiración agitada de Colton mientras lo hacía, el aliento de sus gemidos en la boca.

Se la sacó por la bragueta y se asombró de lo grande que era, bien larga y super gorda. La cogió sosteniéndola sobre la palma de la mano y se la empezó a pajear con dulzura. Colton puso la mirada en blanco. Ese chaval tenía buena mano. El tour no duró mucho. Volvieron a la mesa, Colton con serias dificultades entre las piernas, sobre todo llevando unos pantalones chinos que se lo marcaban todo incluso en reposo, cuanto más empalmado. Tuvo que empinar el culete hacia afuera para esconder lo que llevaba delante y supo hacerlo con acierto.

El apetito de Jake permanecía por todo lo alto. Fingió un dolor de espalda y Colton se ofreció a darle un masaje. En cuanto se le acercó por detrás, Jake se bajó la parte trasera de los pantalones y lo restregó por el paquete de su cebolleta. Demasiado arriesgado, pero estaba tan a tiro y el culito estaba tan rico, que viendo que los otros dos estaban entregados en una acalorada conversación, se sacó el rabo gordo y se lo ciñó sin condón por el agujero del culo.

Su polla era grande y gorda, el culito estrecho. Hacían buenas migas y la sonrisa de Jake al girar la cabeza, con esa carita guapa, le impulsó a metérsela hasta el fondo. Joder, se lo estaba follando allí mismo, de pie delante de la mesa y esos dos ni se enteraban de qué iba la vaina. Estaba tan apretadito, daba tanto gustito que se corrió dentro de él.

La velada todavía no había acabado. Una visita a la cocina acabó con Jake siguiéndole, buscándole de nuevo, llevándolo a su habitación, demostrando su apetito insaciable. Colton le miró extrañado. Acababa de follárselo, de preñarle. No habían pasado ni diez minutos y ya estaba tumbado en cama ajena, con ese chavalito pidiéndole más.

Aun sin haber pasado el tiempo reglamentario que necesita cualquier hombre para volver a estar en activo, la mano y los besos de Jake consiguieron hacer magia y a Colton se le volvió a empinar. Otra bajada de pantalones, otra vez la cara de sorpresa de Jake al ver su minga enorme colgando entre las piernas, llena de cera de la corrida anterior, con esos pelazos tan negros y abundantes en la base, tan macho.

Se la metió dentro de la boca y se la empezó a mamar. El cabrón estaba hambriento. Cuando Colton se corría y volvía a empalmarse, el cipote se le quedaba con una buena parte del pellejo colgando. Le excitó verlo salir de la boca de ese chaval. Le tumbó bocabajo en la cama desnudándolo. Un cuerpecito delgado, blanquito, un culo riquísimo. Se lazó hacia él y le agarró las nalgas con las dos manos separándoselas. Esa rajita rosácea le volvió loco.

Le levantó el culito y lo puso al borde de la cama. Le penetró por segunda vez, a pelo. Al hacerlo, la cara de Jake estaba para comérsela, con esos ojazos azules del color del mar perdidos en algún punto indefinido, su boquita con media sonrisa disfrutando del placer de una polla grande y vigorosa arrastrándose por el interior de las paredes de su ano.

Le dio la sensación de que o su novio no se lo había follado en varios días o que el apetito sexual de ese cabrón no tenía fin. Fuera como fuera, le dio lo suyo y lo del vecino, los dos desnudos esta vez, disfrutando del sexo. Machacó ese culito con ganas, como mejor sabía hacerlo y se adentró en territorio inexplorado al dar la vuelta a Jake sobre la cama y comerle la pija.

Su intención era hacerle el misionero, pero al ver el tamaño que se gastaba, no le quedó otra que agacharse y comérsela. Además seguro que Jake no se lo esperaba, que un tio experimentadamente empotrador, le comiera la verga hasta casi tener los pelos de la base en los morros. Del rabo pasó a la rajita de su culo, se la alimentó con unos lametones y luego se levantó para trincárselo.

Le abrió de piernas y le enfundó toda la barra. Ese espacio seguía siendo tan estrecho com antes, tanto que asustaba, porque a Colton se le estaban empezando a inflar las pelotas. Los movimientos de Jake sobre la cama, meciéndose a cada pollazo, hacia arriba y hacia abajo, su espalda deslizándose por encima de las sábanas. Jake puso las piernas sobre los hombros de Colton, se aferró a su cuello y le pidió que se lo hiciera de pie, en volandas.

Y así se la metió, de pie, sosteniéndole por los muslos, bien abierto, ese cuerpecito subiendo y bajando, la polla metiéndose dentro de él y esa guapísima cara frente a la suya gimiendo y gozanzo. A Colton empezaron a fallarle las fuerzas. Lo estampó contra la pared cercana de la habitación y le siguió follando el culo a pelo. Lo lanzó sobre la cama y lo penetró de nuevo.

Ninguno de los dos se terminaba de acostumbrar la otro. Demasiado grande y gruesa. Jake comenzó a girar la cabeza y lanzándole miraditas de amor. Colton acabó con ellas de un manotazo. Le plantó la mano en la cara y se la hundió sobre el colchón, porque si seguía mirándole así, iba a terminar corriéndose de nuevo antes de tiempo. Esta vez iba a sere a su manera.

En cuanto le vino el gustazo, cogió a Jake impulsivamente, le hizo arrodillarse y se pajeó. La leche salió disparada por encima de su polla, mojando la carita de Jake como fina lluvia. Colton no paraba de estremecerse de gusto, doblando las rodillas, gimiendo de placer, riendo. Un tio corriéndose era un auténtico loco en potencia. Dejó caer todo el peso de su rabo sobre la cara de Jake, que lo recibió con un beso mojado.

Jake se echó hacia atrás dispuesto a machacarse la suya, pero lo pensó mejor y se levantó, preguntando a Colton si podía hacer una guarrada de las suyas. Colton le acarició la nuca y le dijo que sí. Jake se la peló y se corrió dejándole la leche encima del rabo. Se agachó y le comió la polla cubierta de nata, se levantó y dejó que Colton probara el sabor de las dos leches con un besito dulce pero con lengua. Regresaron a la mesa. Por primera vez en su vida, Jake sintió que estaba saciado.

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