El guapísimo Ritchie Argento muestra su larga pollaza con un descomunal cipote y se la frota contra la manta | Bel Ami Online

BEL AMI ONLINE

Nos pasamos la tarde mirándonos al espejo, sorprendentemente, todavía con las camisetas puestas, comprobando a ver quién marcaba más bíceps. Ritchie Argento me ganaba de calle en eso. El tio estaba todo cachas. Después de los brazos, pasamos a comparar pectorales, espaldas, abdómen. Terminamos en calzones comparando cuádriceps y acabamos dando un repaso a toda nuestra anatomía, los dos cachondos, sobre todo yo, que ya no pude disimular lo mucho que me atraía.

Se dio cuenta. Me apoyó una mano en el hombro y lo empujó hacia abajo haciéndome poner de rodillas. Me dijo que me fuera preparando, que me iba a llenar la boquita. Yo creí que no iba a ser para tanto hasta que el cabrón se bajó los calzones y me enseñó su gigantesco pollón. Tenía la pija larguísima, toda endurecida mirando hacia mi cara, venosa, pero lo que realmente me abrió el apetito de una forma demencial fue su cipote.

Era el cipote más lujurioso, gordo, largo y bonito que había visto en mi puta vida, tan jodidamente grande que el pollón se balanceaba de un lado a otro llevado por su peso. Era casi como un mini culito con su larga raja en medio que lo partía de arriba a abajo. Con el corazón a mil, atiné a sacar la lengua, le recogí el capulló por la base y planté mis labios encima, justo en el pellejo, sintiendo cómo verdaderamente me llenaba la boca por completo.

Miré hacia arriba. Era la primera vez y no sería la última que le miraba a la cara con su rabo dentro. Me pareció más guapo que nunca con esos ojazos claros fijos en mí. Tenía el semblante serio, expectante por ver cómo me las apañaba comiéndome su miembro viril. Entonces me sonrió y se fue a la cama, se tumbó bocabajo y me invitó a que jugáramos a un juego de chicos. Frotar nuestras pollas contra el terciopelo de la manta que cubría el colchón, a ver quién se corría primero. Él fue empezando mientras yo luchaba por quitarme lo que me quedaba de ropa sin poder quitar ojo de lo que estaba viendo. Esa larguísima pija frotándose contra la manta, su cipote apresado entre su vientre y el colchón. No deseaba otra cosa que disfrutar de la cantidad de leche que escupiría por esa raja.

VER A RITCHIE ARGENTO EN BELAMIONLINE.COM

VER A RITCHIE ARGENTO EN BELAMIONLINE.COM

Mostrar más
Botón volver arriba