Marc Ruffalo encula a Jens Christensen a pelo y se corre encima de sus nalgas dejándoselas llenas de leche | Bel Ami Online

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Crecer desde bien jovencito viendo el excelente porno de Bel Ami, había hecho del joven guionista un estupendo ojeador de oportunidades. Pero como para no tenerlo claro con tanto chico guapo paseando por la villa. Estuvo observando un rato a Marc Ruffalo y Jens Christensen mientras conversaban durante el desayuno y pensó que esos dos harían muy buena pareja.

Podían comenzar fuera, quitándose las camisetas, a ver si les gustaban sus cuerpos. Marc se había convertido en todo un hombretón. Esa barbita que se había dejado lo hacía irresistible a los chicos. Su cuerpo también estaba más definido y musculado. Fuera hacía frío, así que el guionista tuvo que dar marcha atrás en su idea, aunque la fiesta continuó en el baño.

En la villa los chicos habían aprendido a ahorrar agua y estar concienciados. Otra cosa era lo que ocurría en el cuarto de baño cuando se quedaban desnudos, cuando un se te acercaba por detrás y te rozaba las nalgas con su nabo o cuando te apetecía tanto tocar una polla larga y grande colgando entre las piernas de otro tio que terminabas llenándote la mano de rabo y huevos. Es lo que le pasó a Marc al ver la de Jens, que no imaginaba que la tuviera tan larga y gorda. Tuvo que agarrársela para sentir cu calor, su virilidad, su tacto.

Se tocaron todo lo que quisieron y después, con las lanzas en alto, se fueron hacia la habitación, hacia la camita para tener sexo. El rubito Jens se puso encima y se aprovechó de Marc, pasando de besar su boca, de succionarle las tetillas de los pectorales a comerle la polla y dejarle loco con una buena sacudida a lengüetazos palmeándole la bolsa de los huevos entre medias.

Se puso de rodillas al lado de Marc para darle rabo y se le enderezó como nunca al ver los ojazos de Marc mirándole desde abajo mientras le comía toda la polla. Era tan galán y a la vez tan vicioso que le apetecía hacerle de todo. Marc vio sus intenciones, pero se sacó el rabo de la boca para decirle que ni por asomos, que aunque la tuviera mucho más gorda y grande que él, Jens iba a convertirse en su donut del día.

Entonces Jens tuvo que acostumbrarse a la idea. Agarró la pija de Marc y se la masturbó, imaginando hasta cuán profundo le llegaría. No tardaría mucho en saberlo. Se puso bocarriba en la cama y Marc pasó de comerle la polla a levantarle el trasero para degustar el agujero de su culito. Qué buena lengua tenía el cabrón. Tna pronto le pegaba una suculenta relamida como la ponía durita y cabeceaba simulando follárselo.

Lo siguiente que notó fue su polla dura, su glande acariciándole el ojal. El pedazo pene metiéndose dentro de él centímetro a centímetro y un gusto indescriptible. Entraba demasiado ajustada. Su agujero parecía ser demasiado pequeño para ese pollón, pero nada era imposible y los dos lo sabían. Marc se lo trabajó lentamente, sacando y metiendo la puntita, cada vez un poquito más.

Sonrió cuando veía que eso ya iba de lujo, muy apretadita pero por buen camino. Ahora sí pudo empezar a follárselo. Le cogió por la parte baja de las piernas y se las separó. Lo quería bien abierto. Mientras se la metía, Jens se agarró la polla y se hizo una paja. Menuda cacharra tenía bien gorda. Si Marc hubiera querido, sólo habría tenido que sentasde encima y difrutar.

Estaba bien rico el rubiales, tenía una bonita sonrisa, era guapo y ver ese pollón descansando sobre su vientre le animaba a cualquier cosa. Le puso a cuatro patas para darle por culo sin condón. De tener el agujero cerradísimo, pasó a tragar polla como un pro, tanto que ya hasta él mismol mecía su cuerpo impulsándolo hacia atrás y hacia adelante con las rodillas para tragar rabo.

Marc se inclinó hacia él y le susurró al oído que la siguiente postura le iba a encantar. Se tumbaron los dos de lado en la cama y le hizo la cucharita por detrás, así podían besarse, mirarse a la cara mientras follaban cómodamente. Quedarse fijo en la mirada de Marc era una locura. Atractivo, conquistador. Jens estaba empezando a descontrolarse. Todo de Marc le gustaba demasiado. Se fijó en sus ojos, en su barbita, en sus brazos fuertes y velludos, en su pelo, en sus axilas. Mirara donde mirara todo era lujuria.

Se sacó la leche enseguida. Unos chorretes mojando los pelazos de la parte que bajaban de su ombligo hacia su polla. Marc le sacó el rabo y se inclinó para chuparle el rabo, llevándose el saborcito de su lefa encima. Se la volvió a meter y no paró de culear hasta que le entraron las ganas. Se corrió en todo el culazo de Jens, dejándole el ojete y una de las nalgas con un buen charco de semen encima.

Besarse después de correrse les supo a gloria. Al girarse para hacerlo, Jens tuvo que cerrar las nalgas. Cuando se le abrieron, notó el velcro que hacía la leche pegajosa que Marc le había dejado en los pelos del culo. Le acarició la carita, la barba, se enamoró de su mirada. Le encantó tener su leche ahí abajo mientras se besaban apasionadamente.

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