Diego Mattos hace un buen agujero al culazo de Bastian Karim con su gigantesca polla | Tim Tales
Dos manos grandes y calientes bien apoyadas en su pandero. Cuando Diego Mattos intentó sacar su gigantesca polla por primera vez del interior de su culo después de meterla, Bastian Karim sintió como si le estuvieran sacando del culo una lata de bebida energética. No dejaba de sorprenderle el tamaño del pene de algunos tios.
Comérsela fue un puto placer para los sentidos. Un pito exuberante, gordísimo y erecto apuntando hacia arriba. Bastian podía ver la marca blanca y espumosa de su saliva sobre la polla cada vez que se la introducía dentro de la boca, como una línea de meta que superar, un objetivo al que Diego ayudaba posando las manos sobre su cogote y empujando hacia su cuerpo. Bastian no podía con tanto, porque el tamaño de ese rabo era exagerado, así que miró a Diego condescendiente desde abajo suplicándole perdón y relamiéndole todo el tronco lleno de sus babas a modo de disculpa.
Esa mirada de cachorrito hizo que Diego se derritiera de gusto y que su enorme verga permaneciera durísima y preparada para el siguiente paso, poner a Bastian de rodillas, cobijar su culo suave, redondo y blanquito entre sus muslos y azotarle penetrándole sin condón con toda su soberana polla. Veintitres centímetros de rabo entrando y saliendo de su hambriento agujero sin descanso, una y otra vez.
Un pollón gigante más grande que un vaso de cubata. Después de eso a Bastian podría caberle el brazo de cualquier tio por el ano, porque eso además de una follada parecía un fisting con la polla en toda regla. Diego no paraba de meterla con rabia, fijándose en la preciosa carita de Bastian, en su cuerpecito fibrado y sin un solo pelo, en sus piernas a cada lado de sus caderas, que rebotaban a cada pollazo.
Bastian se corrió encima y se incorporó para ver el momento en que Diego sacaba la polla de su culo. Por ese enorme trabuco salió un chorrazo de crema que le mojó los huevos y la raja. El resto no pudo verlo pero sí sentirlo, cuando Diego volvió a clavarle el rabo y soltó el resto de la lefa dentro de él.