Derek Kage y Morgxn Thicke se follan sin condones en el taller mecánico y hacen bolitas de nieve con la leche en sus bocas | Raging Stallion
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Algo tenían los coches deportivos que le ponían a Morgxn Thike cachondo perdido y más si eran de color rojo como ese. En esa época del año sacaban el taller mecánico al aire libre pero ni con esas, el calor que le estaba entrando no era ni medio normal. Acabó por sacarse la camiseta de tirantes, colgársela detrás del pantalón y sin quererlo inició una cadena que no pudo parar.
Y es que su compañero de curro Derek Kage tenía buenas vistas desde la puerta que daba fuera. No era para menos. Aparte de que Morgxn estaba de cintura para arriba desnudo y el tio era fuerte y musculoso, digno de admirar, el peso de la camiseta por detrás y el hecho de tanto agacharse una y otra vez, le había dejado la hucha al descubierto, así que a Derek se le puso dura y se la empezó a tocar por encima de los vaqueros, dibujando la forma de su cilindro largo y gordo que le llegaba hasta el bolsillo.
No sin dificultades, pues la trompa erecta le hacía andar con las piernas algo más abiertas de lo normal, se acercó por detrás de Morgxn y le hizo entender que le estaba viendo toda la hucha sobándole el culete, luego lo abrazó por detrás y se metieron un morreo en el que Derek aprovechó para tocar todo ese cuerpazo peludete. Lo hizo de tal forma que parecía que lo venerase o como si no creyera que un tio pudiera estar así de bueno.
Equipararon fuerzas. Derek se sacó la camiseta e hicieron esas guarradas que tan bien se les dan a los mecánicos, como darle a la tetilla con los labios y la lengua y alzar los brazos de otro hombre para comerse los sobacos peludos y sudados mutuamente. Sí, esas cositas que les hacían entrar en una carrera ilegal y sin control de velocidad, con el motor a tope y la polla más dura que una piedra.
Para que quedara claro lo que quería, Derek dio un par de palmadas en el culazo de Morgxn. Necesitaba ese culo como si fuera agua. Morgxn le dio la espalda, volvió a inclinarse sobre el capó abierto del deportivo, esta vez sin los pantalones puestos y Derek se encargó de cuidarle y protegerle su rajita peluda con los dedos, con la lengua, con toda la boca, provocando sus gemidos mientras las pelotas se le escapaban entre los muslos y daban a Derek una razón más para poseerlo.
Un giro en los acontecimientos cambió las tornas. Morgxn se dio la vuelta sentando su trasero al borde del capó. La tenía tan grande y dura que no podía ocultarla. Los calzones que llevaba puestos, de algodón, tipo slip y con rejilla, apenas podían ya contener toda su dote. Derek le fue sacando la minga a base de besos y ayudándose de los dedos de una mano para correr hacia un lado la bragueta, hasta que se la sacó toda fuera, larga, venosa, dura y no le quedó otra que llevársela a la boca.
Le hizo una buena mamada de tornillo que al rato acompañó también con la mano para abarcar toda esa superficie. Le comió los huevos. Mogxn le devolvió la mamada arrodillándose y descubriendo que Derek calzaba también muy bien, con una pija larga aunque más fina que la suya. De tanto mirar, tocar y chupar, se le había puesto tan dura que no le hizo falta ni sacársela de los gayumbos. La muy zorra ya se había abierto camino hacia la libertad escapando hacia arriba por un lateral.
Fue Morgxn ahora el que puso a Derek mirando hacia la carrocería del coche, el que plantó las manazas llenas de grasa en ese culazo formidable, suavecito, blanco y grandote. Escupió acertando de pleno en su ojete y metió los morros en la raja, rozando el interior de esas nalgas con su frondosa barba de macho. Los gemiditos de Derek eran poesía para los oídos.
Vio cómo le flojeaban las piernas y se le abrían cada vez que le metía la lengua. Aprovechó que estaba receptivo. Antes le metió un par de dedos, por si acaso, comprobando que su polla iba a poder entrar por ese hueco sin problemas. Se levantó, le acarició el ojete con la punta de la polla bien dura y gorda, empujó fuerte, se la metió sin condón y empezó a follárselo por detrás.
Eso era vida. Hizo un parón para quedarse completamente desnudo, se agarró a la banda de goma de los calzones de Derek como si fueran las riendas de un caballo y le dio duro por la retaguardia sin dejar de admirar ese culo pomposo penetrado por su gran verga. A pesar de que la situación se había dado así, Morgxn tambiém quería que le dieran cera.
Tumbó su espalda sobre el motor y todos los componentes al descubierto, se cogió los muslos con las manos para permanecer con las piernas bien abiertas y pidió a Derek que se lo follara. Dar rabo a ese macho fue para Derek una puta locura insana. Las vistas eran perfectas. El cuerpo de Morgxn meciéndose con cada pollazo que le metía a pelo, tan varonil, musculoso y peludo. A eso se unía que cada vez que le penetraba a fondo, su barriga rozaba sus buenas pelotas.
No le veían fin a esa tarde de pasión entre mecánicos. Morgxn agarró la banqueta de trabajo, se sentó y Derek acudió a sus piernas clavándose la pollaza de su compañero, montándole, saltando sobre sus fuertes muslos, tragando polla. Sólo tenía que menear su culete hacia adelante y hacia atrás para meneársela y dejarle bien contento.
Parecía que Derek llevaba las riendas y Morgxn se dedicaba a sobrevivir a ese duro asalto que le estaba dejando las bolas a punto de nieve. Todavía con Morgxn dentro de él, Derek se echó un poco hacia atrás y se la empezó a pelar duro. Su objetivo era correrse encima de ese torso tan fornido y peludo, dejarlo lleno de virutas blancas. Los dos miraron hacia abajo esperando el momento en que saliera toda esa leche.
Morgxn incluso abrió la boca y sacó la lengua por si le disparaba encima. No hubo tiroteo. El semen espeso y blanco se desprendió del cipote mojando su abdómen, rellenando el hueco entre sus pelazos negros. Morgxn recogió el semen con los dedos y se los llevó a la boca. derek se inclinó y entre los dos se dieron un beso saboreando su simiente.
Cuando se acabó el dulce, Derek bajó a por más. Sacó la lengua arrastrándola por su propia paja y la condujo hacia la boca de Morgxn que le estaba esperando para darse de nuevo el lote, rechupeteándose los labios el uno al otro con esa lechecita resbaladiza. Morgxn se levantó, agarró con una mano la cabeza de Derek obligándole a mirar hacia arriba y se corrió en su bonita cara, llenándole los morros de nata. Se inclinó y se lo chupó todo para acabar fundidos de nuevo en un jugoso beso.