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El guaperas Trevor Brooks le come todo el enorme pollón a Dom King y se deja follar a pelo | MEN

Hardcore Gaming Part 3

LATIN LECHE

Una partidita como en los viejos tiempos. Trevor Brooks invitó a su antiguo compañero de instituto Dom King a pasar una tarde de chicos en el piso viendo pelis y jugando a videojuegos. En todo este tiempo, Trevor se había convertido en todo un guaperas irresistible y se le daba de muerte ponerse a los mandos. Lo único que podía hacer ya Dom para ganar era taparle los ojos, porque no había manera.

Entre partida y partida, estuvieron recordando anécdotas, como aquella vez que Dom se la chupó a Trevor. Al recordárselo, Trevor le echó una miradita. Todavía podía sentir la boca en su polla y cómo se la mamaba. Dom prefería olvidarlo. Aquello ya formaba parte dle pasado, él había pasado página y tenía novia. En lo que Trevor no había cambiado era en su forma de ser, insistente como él solo.

No descansaba hasta obtener lo que quería, así consiguió que Dom se la chupara y así lo conseguiría de nuevo. Aprovechando que Dom estaba concentrado en la partida, se sacó el rabo todo largo, grande y durísimo y se lo palmeó contra la mano para que Dom lo escuchara. Al mirar hacia la izquierda, Dom se quedó con la boca abierta y los ojos abiertos como platos. No ya sólo por la sorpresa de ver a su amigo con el rabo por fuera, sino porque nunca había olvidado lo grande que tenía la polla.

Le dijo que se la guardara, que no era el momento, pero Trevor sabía que antes o después caería en la tentación. Ese momento llegó enseguida, pero esta vez fue Dom el que se bajó los pantalones y dejó que Trevor se la comiera. Al ver esa pedazo de mazorca que Dom tenía entre las piernas, se relamió los labios para dejárselos húmedos y suavecitos, se inclinó en el sofá y se la comió a bocados con la boca llena de rabo mientras Dom seguía echando una partidita.

Ni qué decir tiene que le mataron todas las veces, porque el tio estaba flipando con la boquita de Trevor. Cómo habían crecido los dos y cómo tenían ya las pollas, como las de los hombres hechos y derechos. Esa carita tan guapa, la presión que ejercía con los labios apretándole bien el rabo a cada pasada, sus biceps musculosos marcados y el soniquete que hacía gozando de la mamada.

Soltó un ratito el mando, le plantó una mano en el cuello y le animó a que no se quedara en la superficie, a que tragara más a fondo. La tenía tan grande que era imposible metérsela entera, pero consiguió hacerlo hasta la mitad. Trevor se puso a chupársela delante de él, de rodillas y metiéndose entre sus piernas. Justo en ese momento apareció la chica de Dom. Rápidamente cogió la manta que tenía cerca y se la echó por encima a Trevor para hacerle desaparecer.

El tio ni se inmutó, le estaba devolviendo con creces la mamada que le había hecho él en el instituto hacía años. La chica de Dom se iba a comprar. Tenían tiempo de hacer algunas cositas pendientes. Se desnudaron por completo, Dom se sentó en el sofá y Trevor se lanzó a sus brazos. Por fin sería todo suyo. Trevor cogió asiento sobre sus piernas, le asió la polla por detrás y la condujo hacia su tierno agujerito metiéndola dentro sin condón.

Tardó un rato en acostumbrarse a su tamaño, entraba apretadísima, pero enseguida se amoldó a la perfección y pudo cabalgarle el rabo. Se inlinó hacia Dom, los dos mirándose fijamente, sintiendo algo muy parecido al amor en sus ojos. Trevor se echó hacia atrás y le enseñó el rabo. Lo tenía largo y durito. Se lo frotó contra el torso musculado y varonil, usándolo para hacerse una suave pajilla. Dom se la cogió y se la empezó a pelar mientras se lo follaba.

Disfrutó viendo cómo rebotaba ese pollón sobre sus abdominales cuando Trevorse puso a saltar. Dom lanzó a Trevor contra el otro lado del sofá, le abrió de piernas y se la metió. Joder, qué dura. Ahora que Trevor no tenía el mando, la notaba diferente, como si le estuviera perforando el ano destrozando su agujerito. Nunca había visto así a Dom, al menos no con esos ojos, tan descontrolado, tan salvaje, tan buenorro.

Se inlinó un poco para ver cómo le metía la polla por el culo. La tenía enorme. Se le quedó mirando de nuevo y pensó cuánto tiempo habría estado deseando hacerle eso Dom, poseerlo, follárselo, tener al guaperas de Trevor abierto de piernas, con su cuerpazo atlético desnudo, su carita guapa y sus ojazos mirándole mientras lo hacía. Dom se puso detrás de él y le hizo la cucharita.

Trevor estaba contrariado. En todas las fiestas él siempre era el que llevaba el mando, pero ahora se sorprendía a sí mismo viendo cómo Dom lo manejaba a su antojo. Estaba que se salía. Tan pronto le estaba haciendo la cama por detrás como se ponía de rodillas para chupársela porque sí, porque le apetecía. Tomó asiento de nuevo sobre sus piernas, dándole la espalda, cabalgando su rabo tieso, grande y durísimo.

Trevor estaba a punto. Presntía que si se la tocaba iba a soltarlo todo y así fue, cometió el error de posar la mano en su polla y en cuanto notó el gustillo, se la pajeó. Dom estaba mirando atentamente cómo se corría, con la cabeza entre su costado y el sobaco, lo tenía abrazado por detrás del cuello cuando lanzó un par de chorrazos potentes que salieron despedidos hacia arriba cayendo sobre su vientre y su cadera.

Dom se emocionó, se contagió del momento, le sacó la verga del culo, se la meneó y, dejando los ojos en blanco, dispersó su semen por toda la zona baja de los genitales de Trevor. Todavía recomponiéndose del gusto que sentía, hundió la polla dentro de su culazo hasta calmarse. Los dos se quedaron mirándose, pensando en la locura que acababan de hacer, una guarrada mayor que la otra vez. Volvieron a vestirse y continuaron su tarde de chicos echando unas partidas a videojuegos, como si nada hubiera pasado. Hasta que uno de los dos volviera a calentar la mente al otro recordándole lo que había sucedido.

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