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El guapísimo e irresistible chulazo Bobby Kanne en pelotas y empalmado | Freshmen

LATIN LECHE

La primera línea en la playa siempre es el mejor lugar para ver eso que te gusta tanto, a chicos como Bobby Kanne. Nunca te cansas de verlo, siempre el mismo andar, los mismos gestos, chulazos que salen del agua entre las olas, caminando a paso lento, sus bermudas mojadas, ceñidas al paquete. Algunos te hacen morderte le labio inferior de gusto de lo bien dotados que están. A alguno has llegado a ver que salía empalmado, eso o que la tenía tan grande en reposo y mojada del frío como una polla en erección.

Musculosos, cachas, guaperas, marcando abdominales. Ese gesto llevándose la mano al pelo mojado para retirárselo hacia atrás, un gesto que te permite ver sus biceps, sus sobacos. La mayoría acaban en brazos de las féminas, pero Bobby no,  Bobby es todo tuyo. Te lo llevas al chalecito que hay cerca. Se ha secado casi del todo. Su pelito todavía mojado, moreno. Te observa con sus ojazos oscuros y su cara guapísima, esperando a que le digas para qué le has invitado allí, mientras tú no puedes dejar de recrearte la vista en su cuerpazo de arriba a abajo, en la cadena con chapa que cuelga de su cuello, entre sus pectorales.

Cierras los ojos, respiras hondo y se te abren todos los agujeros al imaginar a ese chaval encima de ti, penetrándote, la cadenita tintineando y colgando entre los dos. Casi puedes alargar los brazos y posar las manos sobre su culo respingón y viril mientras te folla.

Cuando abres los ojos, él ya te ha leído la mente, eso o que quizá te ha mirado el paquete y ha visto la tienda de campaña que te habías montado. A chicos como él no hay que darles demasiadas pistas. Está tumbado en el suelo, mirándote, desnudo. Su polla dura y larguísima descansa sobre su vientre, descapullada, preciosa. Se levanta y alza los brazos pasándose las manos por detrás de la cabeza, diciéndote en lenguaje no verbal, que toques y hagas lo que quieras.

Temes ser demasiado impulsivo, pero con un tio así delante se te dispara la testosterona. Quieres esnifarle los sobacos, besarle, perderte en sus ojos, agarrarle esa polla larga y tiesa que tiene y masturbarle sin quitarle la vista de encima, porque quieres disfrutar de cada gesto de su cara de chulazo guaperas cuando te confiese todo, cuando te jure que se va a correr. Y ese sólo será el principio. Después te lo llevarás a la camita, te abrirás de piernas y le dejarás meterse dentro de ti con mucho gusto, apreciando cada detalle de su cuerpazo dándote caña.

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