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Malik Delgaty empotra a Clark Reid sin condón en los vestuarios de la competición de body building | MEN

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La competición de campeones de body building estaba llegando a su fase final y ya sólo quedaban tres candidatos. En el ambiente de los vestuarios se respiraba cierta competitividad mezclada con algo de superioridad, algo normal a esas alturas, pues con los cuerpazos que tenían, todos pensaban que eran los mejores. No tan fácil de detectar eran ciertas miradas, sobre todo de Clark Reid a Malik Delgaty, que no le quitaba ojo.

Cuando se trataba de body building, lo normal era que un tio te mirara demasiado cuando elogiaba tu cuerpo, sin ninguna otra intención más allá. Así se lo tomó Malik. El jurado estaba compuesto por dos pipiolos que de haber podido se habrían entregado en cuerpo y alma a esos machos que salían al escenario, entregándoles sus culitos para que se los reventaran e hicieran rebosar de hermosas pollas, llenando su caritas imberbes de semen.

Fácilmente impresionables hasta decir basta, a Clark le bastó salir en slips marcando su bonito paquete con la polla haciendo una buena curvatura en la huevera, marcarse unas posturitas marcando biceps y pecho y una sonrisa final arrebatadora, para conseguir dos dieces. Por su parte Malik llevaba una currada puesta en escena, con su emblemática postura del arquero, que unida a su deseable cuerpazo atlético y musculado y su cara de empotrador de pocos amigos, podían convencer a cualquier hetero a cambiarse de bando por unos minutos.

Todo iba perfecto hasta que el tamaño de la minga que le colgaba entre las piernas le jugó una mala pasada. Subirse un poco los slip rositas fue su mayor error, porque al hacerlo, la picha se le salió colgando por un lado, toda larga y gorda. Se llevó dos cerapios como dos donuts, a pesar de que tras las caras de horror y asco de los dos miembros del jurado, los cabronzuelos no dejaban de mirar esa enorme pollaza con la que sin duda después se harían más de una paja.

Mientras tanto, en los vestuarios, Clark aliviaba sus ganas de Malik ayudando al tercer candidato a echarse aceite por el cuerpo. Se entretuvo demasiado en sus enormes nalgas. Las acarició mucho, repetidamente. Los dos se pusieron cachondos. Clark acabó detrás de él jugueteando con sus tetillas, masajeándole esos pechos fornidos y peludos hasta que al otro se le inflaba tanto el paquete que se la tuvo que sacar para meneársela. A Clark no le duró ni un minuto. Se puso de rodillas e invitó a ese machote a correrse en sus pectorales.

Al ver entrar por la puerta a un Malik derrotado, supo que ahí estaba su oportunidad, la de convertirse en su paño de lágrimas. Como un caballero, le saludó, le dijo que lo sentía, se sentó en el banco, le bajó los slips por los muslos y se llevó a la boca su pirula toda larga, grande y tiesa apuntando hacia arriba. Guapo, fibrado y bien dotado, para Clark ese era su campeón, por mucho que esos dos chavales del jurado hubieran fingido lo contrario.

Le encantó chupársela, llenarle la verga de babas, se dejó follar la boquita, sintió la atención de Malik sobre él cuando le cogió la cabeza con las dos manos y empezó a meter caderazos. Después de decenas de competiciones, Clark tenía claro lo que necesitaban chulazos buenorros como ese. Se dio la vuelta, se inclinó mirando hacia las taquillas y abrió sus piernas ligeramente. Malik se escupió en la palma de la mano, se embadurnó el rabo con su saliva y la coló por la raja de ese portentoso culo blandiéndolo sin condón.

Se dejó empotrar por detrás, le cabalgó sobre el banco sintiendo como nunca su gorda y enorme polla surcando su orificio. Lo que más le excitó fue tumbarse sobre el banco y abrirse de piernas, ver cómo Malik se las abría un poco más para hacerse un hueco entre ellas y le penetraba, con todo el cuerpazo en tensión. Su mirada de vicio, lo bien que se le daba follar.

De nuevo contra las taquillas, Malik le dio por culo bien dado, hasta reventarle el ojete, con una fuerza y una rapidez alucinantes. Justo delante y al lado tenían un espejo. Se miraron en él, sobre todo Malik. Hizo unas posturas de body building con su pene dentro de Clark, le metió dos banderillazos que le sacaron un par de gemidos de putita.

Justo cuando el jurado anotaba sendos ochos al tercer competidor, Clark se corría sobre el espejo, Malik le preñaba el culo y Clark se agachaba para relamer del cristal su propia lefa. La chica del certamen irrumpió para avisar a todos de que se iba a proclamar al ganador. Con sus dos dieces, Clark ganó el campeonato, fuera y dentro de los vestuarios. Una vez recibida la medalla, al darse la vuelta, la leche de la preñada empezó a humedecerle el interior de los muslos. Malik le echó una miradita, satisfecho de su hazaña.

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