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Felix Fox y Tayler Tash se vician con el profe de yoga Olivier Robert y follan juntos a pelo en la camita haciendo posturas alucinantes | MEN

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El timbre de la puerta sonó a las siete en punto de la mañana. Hostia. Tayler Tash se despertó con los ojos bien abiertos, preguntándose quién coño llamaba tan temprano, hasta que cayó en la cuenta de que era el nuevo profe de yoga a domicilio. Avisó rápidamente a Felix Fox para que se levantara y se pusiera ropa cómoda y los dos fueron a recibir a Olivier Robert.

Demasiado temprano para hacer nada. Tayler acabó dormido en la esterilla y Felix, al que acababan de interrumpir de un sueño húmedo, todavía tenía la polla elevando la parte delantera de la bragueta de las bermudas y se estaba enamorando perdidamente de cómo marcaba culazo el profe debajo de esas ajustadísimas mallas, así que se acercó a él por detrás y le bastó rebozar su cebolleta por las nalgas para hacerse entender.

El profe se agachó, le bajó los pantaloncitos cortos y le comió toda la polla jalándosela a bocado limpio, haciendo que a Felix se le pusieran los huevos por corbata, bien marcados a cada lado de la base del rabo. Jodió la boquita a ese glotón y le dejó la bola del capullo atravesándole la garganta. El tio no paraba de chupar y chupar y la polla cada vez más dura y venosa a punto de reventar. Como siguiera así se la iba a dejar rellenita de leche antes de tiempo.

Salvado por la campana, sufrió otra interrupción cuando Tayler despertó. Rápidamente se subió las bermudas y pidió tiempo para ir al baño. Olivier se quedó enseñando algunas posturas a Tayler. En una de ellas, llegó a pegar la cara demasiado a la parte delantera del profesor y se dio cuenta de la erección. Se la rozó por encima con la barbilla, luego con la boca, la abrió comiéndole el capullo por encima de las mallas y luego se las bajó, descubriendo un pene grueso y bien empalmado hacia arriba que le hizo tilín.

Se la empezó a mamar, se giró y le puso en pompa su culo, todavía protegido por las mallas azules. A esas alturas Olivier ya se había hecho una idea de lo guarretes que eran esos dos y lo que realmente querían. El yoga no era una de sus preferencias a esa hora dle día, sino sexo. Se desnudó delante de los dos mostrando su escultural cuerpazo musculado, la polla siempre arriba y un potente culazo empotrador.

Un cuerpazo de diez que enseguida levantó las pijas a Felix y Tayler, incitándoles a desnudarse también. Tres chulazos desnudos en la misma habitación, musculados, bien dotados. Olivier pensó que quizá así podrían entender mejor la filosofía del yoga y vaya si la entendieron. La vista de varios tios agachándose, los rabos y las pelotas colgando entre las piernas, tanto músculo y tanta virilidad.

Pectorales peluditos y prominentes, pelos en los sobacos, biceps marcados, abdominales, culos redonditos, pollas que se iban poniendo duritas a cada movimiento. El cuerpo del hombre era puro arte en movimiento, puro deseo. Se acercaron, se besaron, dejaron que sus pollas se rozaran libremente. Felix se llevó a los dos a la camita y les puso a cuatro con los panderos al borde del colchón.

Incapaz de decidir qué culo le gustaba más, si el del profe de yoga o el de su chico, primero se la metió a uno sin condón y luego al otro. Olivier acabó recibiendo por delante y por detrás. Mientras Felix le machacaba el ojete, Tayler le daba de comer rabo. Pero el profe estaba muy bien dotado, así que Tayler acabó empalándose firmemente en su herramienta, saltando sobre su polla.

La flexibilidad de Olivier les dio algunas ideas. Felix le cogió de los muslos y le puso haciendo el pino, mirando hacia abajo. Le folló el culo y Tayler se acercó de rodillas para darle rabo por la boca. Además la postura era perfecta para que Tayler sólo tuviera que inclinarse hacia adelante un poquito y poder comerle también la polla, haciendo un sesenta y nueve con el que no contaba.

El culazo de profe era una puta maravilla. Felix pudo disfrutarla en primera persona cuenado se folló a su chico, porque Olivier se puso en posición de flexiones con la pija apuntando hacia su cara y entonces pudo ver ese trasero perfecto, redondo y durito, sus pelotas y su mazorca entrando por la boca de su noviete. Toda la dote bien puesta y en plena acción.

Pegarse una buena corrida era le mejor gesto que uno podía tener consigo mismo y si encima se hacía en compañía, mucho mejor. Tayler se quedó tumbado en la cama. Felix y Olivier se pajearon sobre su cara. El profe fue el primero en sacarse le calcio, meneándose la pirula con dos dedos. No le salió mucha leche, peor fue suficiente para mojar la barbilla de Tayler, que se quedó con ganas de más. Felix resolvió la situación dejándole en el bigote y los morros todo el plasma. Tayler cerró los ojos, se rebozó el semen por toda la cara y con la misma mano se acicaló la polla haciéndose una buena paja.

Los flecos de lefa hacían piruetas sobre su nabo antes de salir despedidos y en ese momento todos se dieron cuenta de que Tayler era el mejor dotado de los tres, el que más larga la tenía. Si no fuera porque le gustaba tanto recibir pollas, podría ser un gran partido follando culitos. Los tres cayeron rendidos en la cama. Hacía unos minutos eran dos sobre ella y ahora entre Felix y Tayler estaba el profe de yoga, en bolas y con la polla recién corrida, oliendo a sudor y lefa. Un olor que a los dos les ponía cachondos. Bajaron a comérsela otra vez para hacer otra sesión de las suyas.

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