Los preparativos de la gran ceremonia hindú del Shaadi tenían entretenidos a CK Rogers y a su novia Jasmine. Elegir la comida, preparar las mesas para los invitados y elegir quién iría en cada una de ellas, seleccionar los bailes cumpliendo con el ritual Milni… Al menos, mientras estaba ocupado en eso, CK no pensaba en lo que más le interesaba de todo, meter una buena follada a su flamante mujer. Para ser francos, a CK ya se le ponía dura casi por cualquier cosa. Tener como amigos occidentales a una pareja como William Seed y su chica, de mente mucho más abierta, les había hecho ver el mundo y las relaciones sentimentales de otra forma, menos formales y más casuales.
Al menos CK se daba el lujo de frotar un poco la cebolleta contra el culo de su chica, que cada vez que la veía frente al espejo, le entraban los siete males. Intentar lo intentaba cada vez que tenía ocasión, imaginando cómo sería colársela hasta el fondo de ese culazo, escucharla gemir mientras las tetas se bamboleaban frente a su cara, poderosas, ver su rabo entrar por esa boca de labios pintados.
Otra cosa es que ella le dejara. Le permitía un leve acercamiento, pero en cuanto empezaba a notarla dura contra su cuerpo, se deshacía de él, haciendo que CK terminara abandonando el baño más caliente que una salchicha en la parrilla. La imperiosa necesidad de follar, le hacía cometer locuras y acabó con una que terminó cabreando a su colega cuando se le ocurrió la mala idea de sacar su rabo a pasear y mecerlo de lado a lado mostrándoselo a la chica de su amigo.
Le excitaba enseñar su miembro. Lo tenía tan jodidamente largo, pero tan largo, que se enorgullecía cada vez que veía las caras de asombro de chicas y chicos cada vez que les enseñaba la danza de su cimbrel. Después de quedarse con la boca abierta como los demás, pues pocas veces había visto una tan larga, William salió de su asombro y persiguió a ese enfermo mental por toda la casa con la intención de cantarle las cuarenta.
Bueno, o eso fue lo que hizo creer a su chica, porque su propósito era aparentar que le molestaba, cuando en realidad lo que quería era un rato a solas en una habitación para hacer cosas que sólo se podían resolver entre chicos. Si tan necesitado estaba, William le iba a dar algo con lo que entretenerse. Empujó la cabeza de CK por el cogote, obligándolo a ponerse de rodillas, le plantó el paquete en la cara, se lo rebozó por encima y luego se sacó la polla bien dura para dársela de comer.
Así, chupa, cabrón, así de dura se le había puesto al ver esa pedazo de minga colgando. Will conocía bien a los chicos. Muchas veces se aprovechaba de la necesidad de los heteros como CK para ganarse su confianza y darle de probar del otro lado. Un tio con unas ganas enormes de follar, no le hacía ascos a nada. Menudas jaladas, hasta los huevos. Descubrió en CK a un auténtico chupa pollas.
Succión infinita, rabo lleno de babas, sonidos que llevaron a Will al siguiente nivel. Sin pensárselo dos veces, cogió a CK de espaldas por las caderas después de levantarle el kurta, lo lanzó en volandas sobre su torso musculoso y desnudo y le metió el rabo por el culo sin condón. Se lo folló como si fuera un jamón, dando traca desde abajo, apretando los muslos con sus manos.
De repente sintió la caricia de un enorme y largo rabo acariciando el suyo. A CK se le acababa de escapar el pollón entre los muslos y no paraba de rebotar en la minga dura de William. CK estaba ensimismado, con la mirada perdida, recibiendo rabo a destajo, dejándose deleitar por esas nuevas sensaciones que se había estado perdiendo toda su puta vida.
Si pudiera volver atrás, pensó. No más chicas que se hacían las difíciles, no más permisos para entrar por la puerta de atrás. Con los tios todo era más fácil, porque casi siempre había ganas. CK tomó asiento sobre las piernas de Will y su larguísimo rabo acarició el entre muslo de William, dándole un plus para vitaminar sus cojones.
Para William no habían acabado las sorpresas. Jasmine les pilló en la cama. Ya sabía que su novio era uno de esos guarros, como todos, tan cerdo que con tal de follar haría cualquier cosa. Pues le iba a dar su merecido. La primera polla que verían sus ojos chupar no sería la suya, sino la de su amigo. Se metió entre las piernas de William, le enderezó el rabo y le hizo una mamada. CK miró sintiendo algo de celos al principio, pero con interés después.
No era el tipo de luna de miel que él esperaba, pero le servía. Se unió a la fiesta. Entre Jasmine y él le comieron el rabo y las bolas a Will. Lo que CK no se había atrevido a hacer nunca, lo hizo su colega por él, alzar las lentejuelas que ocultaban las tetas de Jasmine y mostrarlas al mundo. CK se puso cachondísimo y se tiró a por ellas, degustando sus mamas y sus pezones como un demente.
La venganza de Jasmine todavía no había acabado. Se levantó el sari, se sentó sobre las piernas de Will y dejó que su futuro maridito viera cómo otro era le primero en desvirgarla. Que llevara ese recuerdo encima toda la vida, por engañarla. A cambio, le comió la verga a su chico, que menudo vergón. Si flácida era larga y enorme, dura era un monumento al sexo duro. Y qué pedazo cojones la virgen santa, colgando, meciéndose entre sus muslos, llenitos de leche.
Si hubiera sabido mantenerla en los calzones, le habría dado todo, pero por no poder aguantarse, eso era lo que tenían. CK no imaginó nunca que le comería el coño peludo a su hembra, dejándose dar por culo por un tio a la vez, pero así fue. Ahí estaba, pasando la lengua por los labios mientras su amigo se lo zumbaba a pelo por detrás.
CK tenía buen cuerpo, atlético y musculado, pero reconocía que el de William estaba incluso mejor. Entendía perfectamente que su chica lo mirase tanto, abierta de piernas, gimiendo, recreándose la vista en esos brazacos, ese torso, esa cara de guaperas. Hasta a CK le molaba. CK soltó la primera corrida premarital en la boca de su chica. Joder qué wena, tan distinta a las pajas que se veía obligado a hacerse cada noche.
La lefa salió de la lengua de su chica colgando, pringando su collar, la parte superior de sus pechos. Así había imaginado CK el final de cada follada, con Jasmine bañana en su semen. Lo que vio CK a continuación sí le dejó algo más preocupado. William sacó la polla al correrse, pero quizá no muy a tiempo, porque para cuando terminó de sacar el cipote, ella ya tenía bañado el coño con su esperma. ¿De quién sería el hijo? A tomar por culo, CK se inclinó y volvió a relamer una vez más los bajos de su chica, esta vez con sabor a semen de otro. Ya llegaría el momento de pensar en la identidad del padre de la criatura.