Le había visto trabajando para otros estudios, en innumerables escenas, pero siempre a través de la pantalla, nunca en directo y en vivo. Dmitry Osten era como una fantasía hecha realidad y desde el primer momento me pareció que iba a encajar a la perfección con el resto de los chicos. Su actitud dominante, esa cara de tipo serio e interesante cuando se concentraba en follarse un agujero y lo adorable que podía llegar a ser cuando sonreía, eran una mezcla que conducía, inevitablemente, hacia mi perdición.
Sabía que el casting iba a ser el único momento en que lo tendría sólo para mí. Le confesé que era un seguidor suyo más que un director de casting y entonces me lo regaló todo. Creo que fue cuando se desnudó por completo, cuando se quedó ahí delante de mí de lado, llevando sus brazos por detrás de la espalda, girándose y mirándome mientras su larga polla dura caía en un ángilo por debajo de noventa grados, mucho más gorda a medida que se acercaba a su cipote despampanante que me apeteció meterme dentro de la boca, cuando definitivamente marqué todas las casillas positivas del formulario. La luz del estudio resbalaba sobre su cuerpo delgadito pero atlético, marcando sus abdominales.
Se me aceleró le pulso recorriendo mi vista por esa escultura, deteniéndola en los abundantes pelazos de la base de su rabo, en su cuerpecito, en el perfecto círculo que dibujaban sus tetillas, en su cara guapísima con esa barbita tan masculina, en su sonrisa agradable y sus ojazos.
Se cascó una paja delante de mí. De nuevo esa rabia concentrada que dio paso a ese otro ser tan adorable cuando se dio la vuelta, de rodillas en el asiento mirando hacia el respando y empezó a jugar con el agujero de su culito, palmeándolo con fuerza como si otro tio se lo estuvierfa follando de verdad, sobándose el ojete con varios dedos. Se sentó y jugó con su enorme polla. Le gustaba enseñarla, no cabía duda y es que era grande y bonita. Se la metía en el puño y le arreaba fuerte y duro, luego la dejaba descansar dándole pollazos con ella en los abdominales o la lanzaba hacia adelante machacáncose la mano, disfrutando del sonido que hacía el impacto de su polla contra cualquier otra superficie de su cuerpo. Acabó el casting abriéndose de piernas, pajeándose a la vez que se metía un dedo por el agujero del culo. Me levanté y juro que estuve a esto de sacarme la polla de la bragueta y follármelo allí mismo.