No eran Pongo y Perdita en 101 Dálmatas ni tampoco tenían un largo espagueti del que tirar para unir sus bocas en un beso de amor, pero Kyle Fox y Tonyx tenían una rodaja de manzana que les servía para lo mismo, para hacer de enlace entre sus labios y unirlos en un morreo que les puso los rabos bien duros y los latidos del corazón a tope.
Los dos estaban como un tren, en una edad de plena madurez sexual, con un atractivo irresistible, la edad perfecta para dejar sin habla a los más jovencitos que andaran buscando un daddy que les diera todo lo que pedían y más. A Kyle se le despertó todo mirando a los ojos al francés todo guapo y Tonyx se dejó querer cuando vio a ese tiarrón marcándo músculos por todas partes abalanzarse hacia él, sabiendo que iba cargado de deseo cuando le pasó una fresa por el pezón del pectoral y luego se la llevó a la boca para meterle un mordisco.
Le tenía tan hipnotizado con sus artes amtorias, que cuando quiso darse cuenta Kyle ya se había puesto de rodillas en la cama y le estaba pfreciendo su polla, agarrándola con la mano y retrayendo el pellejo que cubría su glande hacia atrás, dejando al descubierto un cipoón que ponía el principio glorioso a un rabaco largo, grande y bien gordo a la medida de ese musculoso cuerpazo.
Joder con el puto cipote. Nada más metérselo en la boca se la rellenó enterita. Podía sentir la enorme raja deslizándose por la superficie de su lengua y luego el capullo taponándole la garganta. Para entonces ya le había metido dentro de la boca casi todo el rabo y Kyle le estaba apretando del cuello para que se comiera más trozo. Al sacársela, Tony tomó aire, pero Kyle no le dejó ni un solo momento de respiro. Bajó a relamerle los labios para dejárselos húmedos y volvió a meterle la polla entre los labios.
Una polla que había crecido un poco más, que se había puesto cojonudamente dura y con un cipote todavía más gordo y grande. Kyle se tumbó en la cama y se dejó hacer todo el trabajo. Tony le comió los huevos antes de mamársela otra vez y se fue bajando los calzones blancos y ajustados que llevaba puestos. Tenía la polla durita y, aunque no tan gorda, sí igual de larga que la de Kyle.
Dos tiarrones atractivos, musculosos y bien dotados abandonándose al placer. Kyle tumbó a Tony en la cama y él se puso de pie, dejándole la cabeza justo al borde del colchón y entre sus piernas. Inclinó la polla hacia abajo toda tocha y empezó a follarse su boquita. Las vistas de Tony eran increíbles. Culazo, pelotas y rabo todo en uno, solo comparables a las de Kyle, que se abalanzó para ver el cuerpazo del francés en todo su esplendor y sobarlo con sus grandes manos, además de apreciar su cuello, su barbita, la nuez de su garganta bajando y subiendo cada vez que le metía y le sacaba todo el nabo.
Pidió a Tony que le hiciera lo mismo pero sentándose encima de su cara para comerle el culito. Qué rico lo hizo. Las nalgas en sus mofletes, la raja caliente en la posición perfecta para sacar la lengua y llegar hasta su agujerito, sus cojones taponándole la nariz y la polla rozándole la cara y la frente. Así le comió el ojete, con unas ganas insaciables.
Se revolvió en la cama y se incorporó para admirar bien ese culazo. Se veía que Tony había tomado el sol y que era más de speedo que de bermudas, porque tenía las nalgas blancas como la nieve en comparación con el resto del cuerpo morenito. Un culazo grande, redondito y suave que Kyle masajeó con sus manos deseándolo, rozándole el agujero con un dedo, sobándole las pelotas.
Le agarró la polla fuerte entre las piernas y le hizo una paja a la vez que besaba sus cachetes y le metía un raspado con la barba y el bigote. Le giró un poquito, lo justo para dejar su culo al borde y él ponerse de pie para iniciar el ataque. No se puso condón. Le bastó lamerse un poquito los dedos y esparcir su saliva por el rabo. Acto seguido le metió el cipote desnudo por el agujero y siguió metiendo pija mientras Tony gemía de placer notando cómo ese trabuco grande penetraba por su orificio.
Qué apretadito estaba. Tony no terminó de acostumbrarse. Kyle le tocó en el hombro compadeciéndose pero sin intención de parar. Incrementó el ritmo y se volvió loco, metiéndole toda la tranca, escupiéndose en ella para engrasarla. Le estaba encantando penetrar ese culazo y a su dueño. Se inclinó hacia él, le abrazó por detrás, le penetró entero y se quedó un ratito con la polla dentro dedicándole un bailecito con el que Tony pudo sentir toda esa verga en su interior.
Dar por culo y escuchar los gemidos de otro hombre cuando lo ensartaba en su polla le molaba, pero mucho más hacerle la cucharita en la cama y mirarse tocando frente con frente, nariz con nariz, sentir el aliento de vicio del otro cuando le poseías. Tony era tan atractivo que hacerle eso casi le costó correrse antes de tiempo. Cerró los ojos, suspiró hondo y siguió follándose su culazo.
Quería que lo cabalgara, ver ese cuerpazo saltando sobre el suyo, sentir los porrazos de su polla golpeándole el torso, cogerle con las manazas esos dos pedazo de globos exquisitos y subiros y bajarlos mientras le estrujaban el rabo. Tony se tumbó bocarriba, se abrió de piernas y dejó que Kyle se lo follara de una forma tradicional que a él le volvía loquito.
Tener el cuerpazo musculoso de ese tiarrón encima, sintiendo todo su calor, su respiración agitada, su pene erecto y grandote introduciéndose dentro de él, su cara guapa de machote empotrador con esa barbita tan interesante, le dejó sin armas. Se pajeó mientras se lo follaba y se corrió encima de gusto soltando todo el esperma sobre sus abdominales.
Kyle le besó, le dejó relajarse. Salió de su interior y, mientras con una mano se pajeaba encima de él, con la otra usó el pulgar para recoger la leche de su abdómen y llevárselo a la boca para saborearla. Luego usó el dedo índice para hacer lo mismo, le gustó tanto su sabor que se agachó para relamerle todo l que se había dejado encima, recogiendo con los labios, no sin dificultades, un hilo de lefa que se le escapó varias veces de la boca y se quedó colgando de ella.
Gateando de rodillas sobre la cama, se puso al lado del cuerpazo de Tony y tras unos fuertes gemidos expulsó toda su leche blanca y espesa decorándole los pectorales y la barbilla, el semen cayendo como miel entre la polla y sus dedos. Al soltar el rabo, cayó todo lleno de lefa sobre la boca de Tony dejándole los morros bien sucios. Ahora los dos estaban a la par, con el bigpte y la barba fundidos de blanco. Intercambiaron besitos resbaladizos y cremosos. Tenían la fruta y ahora también la leche para el desayuno completo de los campeones.
VER FIRST-RATE DEBUT EN FUCKERMATE.COM
@ fotos por Oscar Mishima