Internet se ha convertido en una rueda gigante e imparable en la que millones de tios quedan por las redes sociales y los que no, siguen a otros que están deseosos por compartir sus aventuras, fotos, vídeos inéditos. Todo por los likes. Metas de si me das quinientos «me gusta» y te hago una mamada en un lugar público, tantos RT por corridas, y si comentas follo en cualquier parte.
Los fans de la cuenta del machote Drake Rogers están nerviosos y actualizando cada dos por tres, porque su estrella ha dicho que esa misma tarde va a pedir comida rápida, promete insinuarse al repartidor y subir conetnido de primera mano para todos ellos. Por supuesto Carlos Lindo no tiene ni idea. El pobre ha cogido su motillo después de recibir el pedido en la app y se ha encaminado a la casa del cliente como haría con cualquier otro. Poco imagina que casi medio millón de habitantes de la tierra están pendientes de su entrada triunfal.
Que un tio salga de la ducha con la toalla enredada a la cintura al abrirle la puerta es lo normal. Se ha visto en esas situaciones muchas veces, típico de los tios que viven solos. Drake tiene el dinero en la cocina y le invita a pasar. Carlos sabe que por contrato no debería, pero hace una excepción. Cuando Drake se da la vuelta para pagarle, hace que se le caiga la toalla a posta y se queda como vino al mundo, en pelotilla picada.
Carlos es buen trabajador, pero de tonto no tiene un pelo. Sabe perfectamente cuándo un tio se le está insinuando y ningún trabajo mejor que ese (después de el de fontanero) para aprender a calar a un hombre con ganas de fiesta. Se acerca a ese macho peludo y guaperas, le agarra el pito con la mano y se lo masturba mientras le mete un buen morreo.
Cuando consigue ponérsela dura a manotazos, baja a comérsela. Esta sí que es comida rápida y de la buena. Drake se tumba sobre la encimera, se abre de piernas y se deja acicalar el ojete. Cuando más caliente lo tiene, Drake le hace esa propuesta que ya no puede rechazar: «¿te apetece que lo hagamos en directo para los fans de mi cuenta?«. Parece que Carlitos también tiene a sus seguidores. Saca el movil y les da una gran sorpresa, porque no lo esperaban.
De no haber habido móvil de por medio, hubieran seguido con la follada, pero piensan que sus seguidores merecen verlo todo desde el principio. Por ellos, solo por ellos y por los likes, vuelven a las mamadas, con miradas a la cámara mientras sumergen una buena polla entre sus labios, con planos cercanos para que vean las dimensiones de lo que se están perdiendo. Más de medio millón de pajeros dejándose la leche de los huevos por ellos. Puta maravilla la de internet.
Por los comentarios les llega el feedback de sus seguidores. Quieren más mamada, así que quiénes son ellos para contradecirles. Chupan y chupan hasta que se corren. Drake se deja el lechal sobre la boca abierta y hambrienta de ese cerdo, que no para de abrir y cerrar los labios jadeando y dejando que su leche caiga por toda su jeta.
Y parecía formal cuando nos lo trajeron. Carlos se hace una baby paja, o lo que es lo mismo, pajearse mientras se mete la polla y el biberón por la boca. Le gusta hacérsela así, con la boca llena, degustando rabo mientras se deja las ganas por la raja del cipote. Los seguidores les piden beso y ellos, como buenos guarretes, se ponen en pie y juntan sus bocas para compartir algo más que sus labios.