El guaperas de ojos azules Carter Collins y el atractivo machote musculazos Hugs Kandelas se dan por culo mutuamente | MEN

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Ir paseando por la playa, encontrarse con un tio que te mola tanto que te lo follarías allí mismo, es lo que les ocurrió a Carter Collins y Hugs Kandelas. Ya desde la distancia, antes de acercarse, tenían claro que ese pibón que venía de frente estaba buenísimo. Deceleraron el paso al cruzarse y se pillaron ambos al mirar hacia atrás, descubriendo lo bien que les sentaban los bañadores a esos hermosos culazos que tenían.

Encontrarse con el tio que te gusta es fácil si está escrito en las estrellas, tan sólo hace falta ir a la misma hora al mismo lugar. No necesitaron más de dos de esos encuentros para acercarse y quedar en la terraza del hotel para hacer aquello que tantas ganas tenían. Esperaron hasta quedarse a solas para darse el lote. A Hugs le encantaba la cara de Carter, tan guapo y con esos ojazos, su cuerpecito fibrado marcando abdominales.

Por su parte, Carter se enamoró a primera vista del conjunto de ese empotrador. Andaba buscando a un macho con un buen culazo, una buena polla y unas buenas pelotas y allí estaba él. Las manos de ambos no paraban quietas. estaban excitados, deseando desnudarse. Carter se bajó las bermudas. Estaba completamente empalmado, con la polla bien tiesa. Al vérsela tan dura, Hugs se agachó y se hizo con ella. Ni demasiado grande ni demadiaso gorda, perfecta para meterla enterita dentro de su boca y emborracharse.

Sin poder esperar más, Carter le hizo levantarse, le dio media vuelta poniéndolo mirando hacia un pilar del edificio y se encargó de bajarle el bañador. No pudo verlo porque tenía a Hugs de espaldas, pero sin duda le hubiera gustado ver la caidita de ese pollón largo y grande, con el cipote ligeramente encapuchado y un buen par de pelotas colgando. Algo de eso intuyó cuando le abrió las nalgas y observó su entrepierna antes de meterle la polla a pelo y calmar el picor que tenía desde que le vio de lejos el día anterior en la playa.

Qué culo tan hermoso y grande. Le plantó las manos en las caderas y se la metió hasta el fondo, apostando sus caderas en esas poderosas nalgas. Nada le excitaba más a Carter que llevar al límite a machos así que a simple vista parecía que lo tenían todo para follarte a saco, darle la vuelta al asunto, comerles la oreja, hacerles ver que existían otros caminos excitantes.

Hugs cayó en sus manos como un corderito. Le dio la vuelta, se puso de rodillas y le comió el pollón. Se dejó follar la boquita, dejando que se la metiera hasta el fondo, explorando su garganta. Se lo llevó de la manita dentro de la habitación, los dos con las pollas cilimbreando bien duras a cada paso. Para sorpresa de Carter, que creía que había llegado el momento de Hugs de su turno para follárselo, fue empujado contra el asiento, Hugs le dio la espalda y se sentó sobre sus piernas colándose la polla por el ojete.

Comenzó a saltar y a menear el pandero, dejando su enorme polla libre al viento, meneándose arriba y abajo, de lado a lado, durísima, venosa, las pelotas danzando, palmeando duro las de Carter que podía sentirlas potentes, cargadas y calientes sobre las suyas. Carter pasó la mano sobre la entrepierna de Hugs y le propinó una pajilla del revés.

Por si acaso Carter no era consciente del tio al que se estaba follando a pelo, Hugs se lo recordó alardeando de musculatura, haciendo poses. Agarró a Carter de las manos y le animó a darle fuerte por el culo. Carter apoyó las manos en los reposabrazos del asiento, empoderó sus caderas hacia adelante y se folló ese enorme culazo endiosado de un Hugs que estaba completamente receptivo, con las rodillas flexionadas, ofreciendo su trasero al chico guapo de ojos azules.

Era el momento. Carter se puso de rodillas mirando hacia el respaldo del asiento y dejó que Hugs lo penetrara sin condón. Le encantó cómo se la metió con sumo cuidado, consciente como era de que la tenía más que grande. Así, poquito a poco, hundiendo cada centímetro de su rabo dentro del chaval, preocupándose por cómo se sentía, acariciándole la espalda, deseando meterla del todo para empezar a enchufarle y hacerle suyo.

Le endiñó una buena enculada y se inclinó sobre la espalda de Carter buscando su boca para besarle. Zanahoria y palo. Se incorporó de nuevo y se puso malo mirando ese culazo redondo y blanquito, le dio un par de cachetes y le dio bien por culo. Carter sonrió al mirar hacia atrás, observando los pectorales y el cuerpazo de ese cabrón. Entregarse a tios así era un placer para él. Le encantaba cuando llegaban a ese punto en que se volvían loquitos y metían la polla sin control.

De la silla se fueron a la cama, donde Carter se tumbó y se abrió de piernas para ver el cuerpazo y la cara de ese empotrador en acción. Estaba tremendo, sobre todo cuando le hacía poses de nuevo, pasándose los brazos por detrás de la cabeza, marcando biceps y dejando a la vista sus sobacos peludetes. El tio la enfundaba de puta madre, aprovechándose de su precioso y enorme culo para dar pollazos certeros.

Cuando Hugs se abalanzó sobre él buscándole la boca, echándole el aliento encima, Carter se volvió loco de amor. Le pasó una mano por el cuello para que no se moviera de ahí, para que siguiera mirándole a los ojos mientras le metía esa suculenta follada. Hacía tiempo que no veía a un tio mover tan bien el culo para joder.Una delicia para el sentido de la vista.

Hugs no aguantó más. Salió del interior de Carter y avanzó con unos pasos de rodillas hacia la cara de Carter, masturbándose a saco. Carter abrió la boca y sacó la lengua, recibiendo la lechecita del pirulón sobre la barbilla y el pecho. Cuando Hugs se inclinó para meterle un morreo, Carter se sacó la paja por debajo del ombligo, mojándose los pelos de la base de la polla.

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