Nicholas Ryder se folla los culitos de Dakota Lovell y Skylar Finchh a pelo | Say Uncle
My Hotel, My Rules
Regentar un chalet con piscina en un lugar paradisíaco cerca de la playa no era tarea fácil. A menudo chavales como Dakota Lovell y Skylar Finchh lo usaban como si aquello fuera una puta habitación de hotel donde follar cuando no tenían a sus padres delante. Nicholas Ryder empezaba a estar hasta los huevos. A estos últimos los pilló en plena faena, dándose masajitos en el jardín, casi despelotados, uno masajeando el culo del otro y el otro a punto de hacerle una paja y una mamada a su amigo.
Les reunió en una de las habitaciones y se lo dejó claro. Mi hotel, mis reglas. Nada de flirtear, nada de nudismo ni de follar. Además ya estaban fuera. Se quedaría con la fianza y se largarían de allí. «Chicos, joder, buscaos una habitación de hotel«, les dijo con pesar. Pero no contaba con su astucia y es que esos dos, sobre todo el morenito, estaba a punto de hacer cualquier cosa con tal de que les dejara hospedarse allí.
Dakota alargó una pierna y con la punta del pie empezó a masajear el paquete de Nicholas. Al momento Nickolas ya la tenía durísima. Se le salía por encima de los pantalones. Empezó a pensar si es que era rematadamente gilipollas o un tio demasiado fácil, pero el simple hecho de pensar en esos dos chavalitos comiéndole la polla a dos bocas, él como buen daddy dando buena cuenta de sus dos culitos rebeldes, enseñándoles una lección, le hizo sentir debilidad por ellos.
En cuanto vieron su torso a camisa descubierta, viril, masculino, musculoso y peludo, su largo pollón y esos enormes huevos colgando, Dakota y Skylar tomaron sitio a cada lado y se la empezaron a comer. Se la masturbaron con los labios, mirándose fijamente, compartiendo el gusto por el rabo. El morenito se metió entre sus piernas y le succionó los cojones mientras el rubio le comía toda la pinga. Menudos zipi y zape.
Se los llevó a la camita, los desnudó, se conocieron mejor y dio su merecido al chico moreno dándole por culo. Dios, cómo se mecía ese culito flaco, redondete y suave, hacia adelante y hacia atrás, atravesado por su tranca y cómo gemía de gusto al sentirla toda desnuda dentro de su agujero. Luego atacó al rubito, pero antes de penetrarlo les puso a hacer un sesenta y nueve. Así, mientras los dos se comían las pollas, le blandió el culito con el arma.
Qué puta guarrada. No dejaba de pensar que por la diferencia de edad bien podrían ser sus hijos. Al salir del culo del rubio, alertó de que se corría. Enseguida Skylar y Dakota se dieron la vuelta y se tumbaron en la cama mirando en dirección al rabo de Nicholas, que se estaba pajeando delante de ellos. Aquello era una ruleta rusa. Empezaron a chupársela, primero uno y luego el otro mientras Nicholas no paraba de meneársela. En cualquir momento iba a correrse y uno de ellos se llevaría el premio.
