Gustavo Cruz mete barra a pelo en el culazo del atractivo machote Jake Manson | Tim Tales
Devoción y admiración por una buena polla. Eso era lo que reflejaba la cara guapa de Jake Manson chupándole todo el gigantesco miembro a Gustavo Cruz. Ya sabía cómo se las gastaba ese chulazo, pero vérsela de cerca, tan larga y tan gorda colgando entre sus piernas toda dura, le dejó desarmado y con el ojete abriéndose cada vez más con cada mamada, esperando a que ese macho le metiera caña.
Pocos tios estaban tan bien dotados y arreaban tan bien por detrás como para hacer que la cadenita que llevaba colgada al cuello sonara de esa forma, meciéndose incontrolable adelante y atrás, chocando contra su pecho fornido, dejándole el cuerpo bañado en sudor y, después de una buena tanda de pollazos, todavía sn acostumbrarse a ese mástil tan grande perforando su trasero a pelo, consiguiendo que tuviera que apretar los dientes, conteniendo el dolor y el gustete que le provocaba.
Menuda máquina perforadora. El falo de ese machote portugués le penetró a fondo. Sus veintitrés centímetros de rabo entrando y saliendo del agujero, bien duro y tieso, un empalme que en gran medida era debido a que Jake no se lo ponía fácil a cualquier tio, con su atractiva carita con barba y bigote, cuerpazo musculado con tatus, buenos biceps y buenos muslos. El típico tiarrón sentado a la barra del bar con su camisa de cuadros que acaba de hacer un descanso en la obra, bien cachas y al que te gustaría llevarte al baño para hacerle un favor.
Para Gustavo fue todo un honor sacar el pene de su culo y correrse encima de él, ver cómo los lefazos salían despedidos y salpicando por su polla y le rociaban el torso. Le probó enterito y sólo se quedó con ganas de verle la pija tiesa, porque cuando se lo estaba zumbando no dejaba de mirársela, bien gordita y larga descansando sobre su vientre y su cadera.
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