Algunos hombres llevan una doble vida, Apolo Adrii tiene un trabajo doble, como si fuera un agente secreto. Cada día, tras acabar el turno de todos los trabajadores de la oficina, él se queda un ratito más en el despacho poniendo como excusa adelantar papeleo, pero la realidad es que enciende la cam y contenta a sus miles de seguidores con su paja diaria.
Salta a la vista por qué tiene tantos seguidores. Es atractivo, guapo, tiene algo que hace que no puedas quitarle la vista de encima. Sus ojazos, su nariz ancha, su bigote, su boquita, todo en conjunto. Cuando se saca por la bragueta esa polla larga y preciosa que tiene guadada en los calzones, sube la temperatura, se echa hacia atrás en la silla, se pone cómodo y se la casca a placer.
Pero ese día sus seguidores van a tener postre. Dan Tyser se ha dejado unos papeles olvidados. Al entrar, por entre las rendijas de la ventana de la oficina, ve a Apolo masturbándose. Que ese chico le gusta a todos es un hecho, pero a él más. Se la saca y se pajea mirándole. Apolo le ve al otro lado de la ventana y le invita a pasar. Se pone cachondo al saber que un tio está por él de esa forma, se agarra la polla y da un mazazo con ella encima de la mesa, para dejar claro, por si no lo estaba, que será él quien ponga las reglas en su despacho.
Morreo con lengua, los rabos frotándose uno contra otro, pajeo entre colegas. Dan acaba de rodillas comiéndole toda la polla con ganas antes de inclinarse sobre la mesa y dejar que Apolo le trabaje el culazo ese de macho peludo que tiene, metiéndole toda la polla hasta los huevos y sin condón. Los seguidores de Apolo suben por momentos, ha perdido la cuenta. Ya no es sólo ese chico que se hace pajas al acabar su jornada de trabajo para satisfacer a otros hombres, ahora es una bestia folladora que reparte felicidad entre sus compañeros.