Marc Ruffalo se folla el culazo de Roald Ekberg sin condón después de tomar una ducha de agua caliente en la casita de la playa | Bel Ami Online
Se pegaron unas carreras por la playa y pensaron que antes de comer sería buena idea darse una ducha de agua caliente fuera. Roald Ekberg se fijó en las bermuditas rosas de Marc Ruffalo, que con el favor del agua, se le iban desbalando por las caderas, dejando por encima a la vista un buen culazo. No pudo evitar lanzarle un cumplido, tras el cual Marc decidió regalarle algo más que la visión de esa hucha de fontanero.
Se quitó las bermudas mojadas y se quedó en pelotas, con la minga colgando entre las piernas. Roald le siguió el juego y se desnudó también. Sólo el agua cayendo de la ducha les separaba de rozar sus cuerpos atléticos. Roald se dio la vuelta e insistió a Marc en hacer eso todos los días, pero ahora necesitaba que le frotase la espalda. No fue sólo la espalda lo que le frotó. Roald tenía un culo tan bonito que Marc no pudo resistirse a rozarlo con sus manos.
Roald agarró a Marc de la mano y lo condujo hacia el interior de la casa. Al darse la vuelta, mostró a Marc lo mucho que le gustaba. Tenía la polla empalmada. Lo abrazó y empezaron a besarse. Ya no había ducha que les separase, sus dos cuerpos estaban pegados el uno frente al otro, sus pollas rozándose, creciendo. Marc se agachó y se la chupó dando buen uso a su lengua mientras la suya campaneaba entre las piernas dando bandazos cada vez que se metía la polla de Roald por la boca y se la jalaba a cabezazos.
En la cama, Roald cogió el relevo, se metió entre las piernas de Marc y le comió la verga antes de sentarse sobre sus piernas y clavarse a pelo ese pollón que se le quedó ajustadísimo entre las paredes de su ano. Marc también arremetía desde abajo, animado por esas pelotas y esa polla que brincaban sobre su vientre. Acabó dándole por detrás sin condón. Luego le sacó el rabo y se pajeó apuntando hacia la raja de ese culito precioso de melocotón, acertando con buena puntería hacia el agujero. Se agachó y dejó que Roald se le corriera en su guapísima cara.