Jonathan Tylor se deja follar sin condones por los hermanitos Tristan West y Kyle Wyncrest como regalo de Navidad | Next Door
A Very Stepbro Christmas
Parecía que Jonathan Tylor tenía muy equivocada la idea de cómo debían ser los regalos de Navidad. Se suponía que debían ser regalos bonitos, para toda la familia, que te sacaran una sonrisa y dibujaran una cara de sorpresa en tu rostro. Bueno, bien pensado, cuando su novio le pidió que lo que más deseaba era hacérselo con su hermanito Kyle Wyncrest, los tres juntos, digamos que Tristan West pensó que su hermano reunía ciertas condiciones como buen regalo navideño.
Era guapo, de compartirlo, sería la primera vez que lo harían entre hermanos y desde luego que cara de sorpresa te dejaba si tenías la fortuna de verle la minga colgando entre las piernas, porque larga la tenía un rato. Encima era un puto salido que no paraba de follar y de meneársela, por lo que a menudo, cuando entraba en su habitación, le veía con la mancuerna en la mano sin despegarse de ella.
Al final el regalo iba a ser para su hermanito, que no se esperó nada de eso, cuando Jonathan y Tristan entraron y le pidieron semejante locura. Él esbozó una media sonrisa por toda respuesta, esa que enamoraba a los chicos en el instituto, fue gateando por el colchón de rodillas mientras se desabrochaba los pantalones y se sacó la pija. Para Tristan iba a ser extraño comerse la polla de su hermano, pero lo hizo por su novio, aunque terminó gustándole.
A él también se le puso dura. Se desnudaron los tres. Jonathan aprovechó, le quitó los pantalones y se la chupó. Durante un buen rato se quedaron muy calladitos, con las bocas demasiado ocupadas comiendo rabos. La sonrisa no desaparecía de la cara de Kyle en ningún momento, mirando fijamente cómo Jonathan se la chupaba a su chico.
Si habían ido a por él, ¿por qué no se la comían juntitos? Kyle hizo un gesto al rubio para que se acudiera a mamársela y enseguida tuvo dos bocas comiendo de su tiesa polla, su hermano entre sus piernas sudándole los cojones con la lengua y su noviete tragando rabo. Si sobrevivían a la fase de mamadas sin correrse encima, lo iban a pasar de puta madre.
Lo de la doble comida se puso a la orden del día. Kyle se inclinó para chuparle la polla a su hermano junto a su novio que le comía las pelotas. Había otra cosa que a Kyle le estaba apeteciendo mucho. Jonathan se dio cuenta y se lo puso en bandeja, tumbándose sobre la cama, elevando las piernas y abriendo el culo para él. Cuando Kyle penetró con su durísima polla sin condón ese culito tan grande, redondito y tierno bajo la atenta mirada de Jonathan que se quedó boquiabierto recibiendo ese pollote, sintió un tremendo gusto.
Ahora que Jonathan ya había recibido el regalo que más quería, Tristan cogió el testigo de su hermanito y le folló el culo a su novio. Percibió que su ojete estaba más abierto que otras veces. Casi no se dio cuenta del momento en que Kyle se le colocó por detrás y el muy salido se la metió por el culo, a su propio hermano, que se quedó en medio de los dos, metiendo polla y recibiéndola a la vez, haciendo entre los tres un trenecito inesperado.
Al margen de todos los lazos familiares, descubrió que Kyle follaba como un pro, como un semental. Su polla le apetecía cada vez más y no dejaba de notar el golpeteo de sus huevazos crujiéndole la entrepierna. Kyle dejó que su hermano y su novio cabalgaran sentándose encima de sus piernas y cuando tenía a Tristan enfilado con la polla, Jonathan se sentó encima de la pija de su novio y se marcaron otro trenecito en vertical donde la visión de culo, polla, culo, polla y culo entrando, tragando y saliendo, fue para enmarcarla para la posteridad.
En qué momento se convirtieron en dos putillas para su hermano, no quedó claro, pero de repente estaban los dos formando una pila, Tristan sobre su novio, los dos regalándole sus culos blanquitos y Kyle gozándolo como un perraco, con esas dos bombonas para él, una arriba y otra debajo. Tan sólo tenía que estirar las piernas o doblar las rodillas y meterla a pelo mientras ellos dos se besaban y s eprofesaban amor eterno.
Tristan no aguantó más las ganas. Se puso de rodillas delante de la cara de su novio, se pajeó encima y le inyectó un pegote de lefa en todo el ojo. Su hermanito al verlo, dejó de penetrarle el culo, la sacó y se la empezó a pelar duro sobre el culo de Jonathan, espolvoreando su leche por la raja y por las nalgas de ese precioso culazo. Follado por los dos hermanos, con la leche de uno en el culo y la del otro que ya le resbalaba por toda la cara. Les chupó las pollas dejándoselas limpitas y saboreó los restos de su preciado regalo de Navidad.
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