En busca de alguien que pudiera ayudarle a frenar la ira del Dragón Pollón, que estaba a punto de arrasar las tierras nórdicas, el dios Loki Felix Fox se dirigió a la casa de Thor Malik Delgaty para aunar fuerzas. Si bien se encontró con algo que no esperaba, a Thor felizmente casado con una aldeana viviendo en una sencilla casa de paja, disfrutó de todos los placeres que allí había: buena comida, vastas tierras y… un gigantesco dildo de acero y plata.
El propio Thor lo había cincelado para su mujer y Loki se preguntó si en verdad se asemejaría al tamaño de la polla de ese dios, pues bien era conocido por todos que Malik se gastaba un gran miembro. Quizá fuera más complicado obtener el martillo de Thor, pero al menos no iba a renunciar al placer de sentir ese acojonante dildo frotándose contra su culo.
Aprovechó que la mujer había salido al río y Thor al pueblo para meterse en la casita, desnudarse y sentir la gracia de ese condenado rabo de plata deslizándose por la raja entre sus nalgas. Qué gustito le daba cuando el glande le rozaba la base de los cojones. No pudo evitar cerrar los ojos e imaginar a Thor desnudo detrás de él, preparándole el culo para metérsela.
Malik llegó antes de lo previsto, pero ni pillado en planea faena Loki pudo parar de frotar ese pene contra su culo, sus bolas y su rabo. Malik se quedaba bien satisfecho con el coño de su mujer, pero indudablemente no pudo frenar su apetito sexual al ver a Felix allí desnudo, con las piernas hacia arriba y el culo abierto de par en par, a punto de penetrar su apretadísimo ojete con esa barra gruesa de acero.
Sólo de imaginar su pene blandiendo ese culito, se le puso durísima. Se levantó la falda y se sorprendió a sí mismo viendo lo empinada que se le había puesto, pues no creía que pudieran atraerle los hombres hasta ese punto. Ahora Felix sabia de dónde había sacado Thor el modelo para el dildo, a imagen y semejanza de su tremenda polla maciza, larga y gorda, todo un cilindro embriagador.
Se quedó mirándole la verga un buen rato a la vez que seguía frotando la polla de plata contra su culo, hasta que se animó a pedirle que le dejara comérsela. Ahí donde parecía un tiarrón del norte machito y experto comedor de coños, a Loki le sorprendió lo rápido que aceptó la oferta, acercándose para darle de comer rabo. Al final una buena mamada era una buena mamada a la que ningún hombre se resistía y Loki tuvo por seguro que iba a tener ese pollón deslizándose por las paredes del interior de su ano a no mucho tardar.
Era más gorda y grande de cerca. Le mamó el glande como si fuera un helado hasta dejárselo brillate con sus babas encima y luego lo cató metiéndoselo por el interior de la boca hasta atragantarse. El apetito de Loki por las pollas era insaciable y más cuando eran así de grandes. Se volvía loki del todo. Se puso a cuatro patas y dejó que ese dios le follara la garganta con su gigantesco miembro. Las manos fuertes de Thor apresando su cabeza y toda esa polla enorme perforando su boca, el cipote dejándole sin respiración.
Su culito ya estaba abierto del todo, su polla tiesa y de su boca no paraban de salir babas colgando. Tenía que hacerlo, porque no sabía si después de esa habría otra cuando hubieran partido para dar caza al dragón. Se la jaló hasta los huevos, toda la polla dentro de su boca. Malik no pudo sino poner los ojos bizcos del puto gusto y descubrir cómo ya no veía su rabo, que el espacio en su entrepierta estaba ocupado por una cabeza de pelos rizados en su lugar.
Sólo otro dios podía comerle la polla de esa manera tan lujuriosa que ni su mujer podía. Loki se quedó esperando a cuatro patas mientras Thor se desnudaba detrás de él y enfilaba su gran martillo hacia su agujero. Sintió cómo lo penetraba, deslizando su grandísimo pene por el interior de su cuerpo, lentamente, abriéndose camino a través de su apretado culo.
Qué cuerpazo tenía el cabrón, musculoso, un torso despampanante con los abdominales bien marcados, fuertes brazos con poderosos biceps y esas manos calientes y fuertes que se apoderaban de su trasero para arrearle duro empujando con fuerza. Se fueron a follar de pie hacia la puerta en el momento justo, cuando una amiga de su mujer se presentó para buscarla. Sacó la cabeza por la puerta y se deshizo de ella pidiéndole que volviera más tarde, que estaba ocupado cincelando… un asuntillo.
Lo que estaba cincelando pero bien era el culazo de Loki, al que al momento invitó a sentarse encima de su polla desnuda y hacerle una buena paja con ese trasero. No era lo mismo que se la metieran a tener que hacer él el trabajo sucio. En ese mometo a Loki lecostó más de la cuenta tragar rabo por el agujero. Era demasiado grande, demasiado grueso.
Aún así se lo calzó a lo grande antes de cumplir su sueño deseado, cuando estaba abierto de piernas rebozando el dildo de plata por su pandero antes de aparecer Thor. Se abrió de par en par para él y esta vez sí, tal y como había deseado, lo tuvo dentro, disfrutando de ese musculoso y fornido cuerpo empotrándole. Joder qué rico estaba. Si él fuera su esposo, no dudaría en tirárselo todo el puto día, dejando que diera buen uso a su herramienta, allí zorreando y dejando olor a macho entre la paja.
Loki no supo distinguir entre la realidad y sus fantasías. De repente Thor empezó a imprimir fuerza a la follada, Loki sintió ese pene como nunca, bien grande y gordo dándole placer por dentro y acabó corriéndose encima, soltándole un buen lechón sobre su propio brazo. Luego se puso cómodo para recibir la leche de otro dios. Thor se la empezó a pelar enfrente de su cara y dio un pasito hacia adelante a punto de correrse.
Loki sacó la lengua, le relamió el frenillo y a cambio se llevó una buen lechote en la mejilla. Al notarlo, giró la cabecita y se encontró un cipote rebosante de nutritiva lefa, un montón de leche que empezó a metérsele por la boca, dejándole pasta de dientes, sobre su lengua, saliendo a chorros por su boca para caer sobre su cuerpo. Ese cabrón no había acabado todavía. Se fijó en cómo se redimía de gusto, en cómo de la tremenda raja de su cipote no paraba de manar más y más leche.
Le metió un beso al cipote y se lo comió todo. Su carita viciosa, sus morros llenos de semen frente a ese falo descomunal todavía empoderado y vivo. La mujer, que ya se imaginaba todo, apareció de repente y les pilló en el mejor momento. Thor no pudo esconder su cara de satisfacción al haberse corrido encima de la cara de otro dios y Loki, siempre un loco demente, miró a la mujer mientras recogía la lefa de su macho con un dedo y se lo relamía.