Gaucho revienta a Valdo Smith sin condón y a pollazos en la azotea | Tim Tales
Al caer la tarde, Valdo Smith y Gaucho se prepararon un nidito de amor improvisado aprovechando los últimos rayos de sol que golpeaban la amplia azotea. Rodeados de macetas repletas de verde y arbolitos, bajo un cielo azul impresionante surcado por nubes blancas de las más sugerentes formas, Valdo, complaciente, se abrió de piernas para dejar que ese macho que se comportaba como un animal necesitado, le penetrara el agujero del culo sin condón.
Cómo disfrutaba viendo trabajarse su culazo a tios así de atractivos, fornidos y bien dotados, con esas pirulas tan largas y gruesas que se gastaban. Mientras les veía sudar la gota gorda, él se tumbaba a cuerpo de rey, con los brazos por detrás de la cabeza, alimentando la batería de sus poderosos rabacos al ver enfrente de ellos a un chaval tan guapo y muculoso que daban ganas de reventarle todos los agujeros.
Sus biceps, la cadenita de oro resbalandoentre sus pectorales, los sugerentes pelos de sus sobacos. Llegó un momento en que a Gaucho se le hizo tan complicado mantener la compostura y no preñarle, que decidió rebajar una marcha y penetrarle tan solo con la primera mitad del miembro. Para estar más seguro de que no se le escapaba la leche de los huevos antes de tiempo, dio la vuelta a Valdo y se lo folló a cuatro patas por la retaguardia.
En cuanto se acostumbró a su apretado culito, exploró junto a él nuevos rincones de la azotea, follándoselo a pelo y en volandas con Valdo agarrado a la baranda de piedra, sus piernas apoyadas en sus hombros, de pie cerca de la barbacoa, para regresar de nuevo a la improvisada cama y dejar que Valdo clavara el culazo en su polla limpiamente, ensartado como un pincho moruno. El condimento se lo puso Gaucho, sacando su rabo y aliñando su entrepierna y sus cojones de pura leche de macho.
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