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Tim Kruger empotra sin condón los musculosos culazos de Mateo Zagal y Sancho en la azotea | Tim Tales

Tim's Muscle Fuckfest

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Dos cabezas mejor que una, las dos mamando de su gigantesca polla de veinticinco centímetros bien armados. Imposible que se le rebajara ni tan solo un poquito la erección a Tim Kruger con Mateo Zagal y Sancho arrodillazos a sus pies, un par de tios latinos super musculosos que le estaban demostrando el tremendo vicio que tenían con las pollas, en especial las grandes como la suya.

Con qué ojitos le miraban la verga. Recién salía horneada de la boca de uno, el otro se encargaba de recoger el testigo. Tim cogió las caritas de ambos, las acercó y les empezó a follar las boquitas mientras ellos le miraban desde abajo como pollitos hambrientos en el nido. Decidieron hacer equipo posando los labios sobre el pene, cada uno en uno de los lados. Tim sólo tenía que empujar como si estuviera follando para correr la polla entre sus bocas.

Empotrar esos culos iba a ser una auténtica locura. Los dos los tenían parecidos, grandotes, musculosos, duritos. Cuando Tim la metió sin condón en el de Mateo Zagal, vio su culazo potente reluciendo a la luz del sol en la azotea, tragándose toda su polla hasta los huevos. Sancho permanecía atento abriendo el pandero de su compañero de fatigas para que no le faltara de nada.

A Sancho se lo folló con las piernas abiertas, estando Mateo encargado de separárselas para que no se le cerraran y Tim pudiera joderlo. Le entró envidia y ocupó el lugar de su colega abierto de par en par. Recibir en esa posición esa enorme polla le estaba matando de gusto, porque cada vez que entraba, al estar completamente dura y empinada hacia arriba, le daba placer en la próstata.

Sus culos eran dos auténticas bombas de relojería. Primero uno y luego otro, se sentaron sobre sus piernas y se la pajearon saltando alto. Ellos no lo sabían, pero estaban jugando a la ruleta rusa y como siguieran haciendo eso, uno de los dos se iba a llevar los balazos. Pero Tim aguantó los galones y remató esa fiesta de musculitos volviendo a juntar sus caritas y corriéndose en ellas. Ellos recogieron con gusto su leche y se besaron intercambiando el semen de boca a boca. Y no había nada más gratificante para Tim que ver que otros tios se divertían con su esperma.

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