Tommy Dreams mete la polla a tope y sin condón en el culazo del chulazo guaperas griego Gio Pilos | Tim Tales
Nada era igualable a la belleza griega. Tommy Dreams ya lo sabía, pero al tener delante al guapísimo y atractivo Gio Pilos, afianzó su convicción ante esta realidad innegable. El chico no sólo era guapo, sino que descubrió en él a todo un tragón. Con otros le costaba abrir más el camino con sus veintitrés centímetros de alucinante polla, pero con Gio todo fue coser y cantar. El tio tenía la boca y el culo más tragones de los que había disfrutado nunca.
Darle por detrás fue un puto placer malsano. De lo recta y limpia que entraba toda entera, le asustaba. El fondo de ese ojete parecía no tener fin. Y con la boca, ay la boca, le tuvo que girar la cabeza mirando hacia los muslos mientras le comía el rabo, porque a poco que le mirara, la leche luchaba por salir de sus cojones de lo guapo que era. Y aunque esa sí tenía un límite, apenas lo parecía, pues el cabrón tragaba y tragaba aunque sus mejillas se llenaran de lágrimas y las racadas lucharan por salir de su garganta.
El griego tenía unos buenos huevazos. Al calor del sol en la azotea se le expandieron más todavía. Tortilla entre sus piernas. Tommy aprovechó la situación para follárselo bocarriba y rozar su barriguita sobre ellos. Le daba tanto gustito que acabó por machacarle fuerte escuchando el plas plas del choque de su vientre contra esos huevazos.
Le infló el culo de polla, hasta cascarle los huevos en toda la raja, una y otra vez. Le encantaba cómo rebotaba sobre sus firmes pectorales esa cadena de plata de eslabones cada vez que le daba duro. Le hizo sudar de lo lindo y por eso recibió sui merecido. Una lluvia blanca, chorrazos de lefa disparados hacia arriba, pringándole esa bonita cara. Gio se metió la pirula corrida en la boca. Tommy pensó que sería todo un gustazo ver cómo se le rebajaba mientras él se la chupaba, pero para su sorpresa seguía bien dura, preparada para un nuevo asalto.
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