Alex Mecum se masturba mirando a Bo Sinn destrozar el culazo de su novio Ace Quinn a pelo con su gigantesca polla | MEN
A Surprise for My Boyfriend
Para qué se iban a engañar. Alex Mecum y Ace Quinn tenían una vida sexual muy activa y de alto nivel. Alex estaba dotado con una buenísima polla y Ace era el culazo perfecto para perderse en las noches de lujuria. Juntos se complementaban a la perfección, pero por miedo a caer en la rutina, Alex decidió contratar a Bo Sinn, un boy que cumpliera todas las fantasías de su novio, quee siempre había deseado comerse la polla gigante de un tio hetero.
Les presentó y se fue a una silla a mirar el espectáculo, dejando a su novio en la cama abriendo su nuevo regalo. Disfrutó igual que cuando le veía abrir los regalos en la noche de Navidad. Tuvo que reconocer que se le puso muy dura cuando Bo se quitó la camiseta y Ace admiró ese cuerpazo de macho tatuado, fornido, dándole un buen repaso con las manos en su torso.
Todavía no había descubierto la mejor parte del regalo. Alex estaba deseando que llegara a ella. El tintineo del cinturón, el raspado de unos pantalones vaqueros ajustados deslizándose por los muslos de ese chulazo y Ace se quedó con la boca abierta, alucinando, sin poder resistirse a agarrar ese miembro viril enorme y gigantesco, notando la calentura y su dureza en la palma de su mano.
Miró hacia atrás, dando gracias a su novio por ese regalo, volvió a girar la cabeza y empezó a masturbar a pajotazos y con la boca esa enorme barra de carne. Jamás había chupado una así de grande. Le daba la sensación de que por mucho que se esforzase en mamar y tragar, nunca conseguiría llegar a los topes. Pero Alex no había llevado a su colega Bo sólo para una mamada.
Con una mirada cómplice, Bo miró a Alex, que se estaba pajeando en la silla a solo dos metros de distancia. Le pidió permiso para lo que ambos ya sabían y Alex asintió sin miramientos. Dado su consentimiento, Bo empezó a dar cachetazos en el culo a Ace, le cogió con sus fuertes brazos, le puso el culo en pompa a la altura de sus caderas y le destrozó el ojete metiéndole a pelo una polla más gorda que el diámetro de su estrecho agujero.
Alex miró a su novio. Los ojos en blanco y sus gemidos no dejaban lugar a dudas de que estaba disfrutando de ese relleno de pavo. Se levantó sin dejar de pajearse, mirando como esa gigantesca polla perforaba el culo de su chaval y le dejaba un hueco enorme de bordes rojizos. Para Alex era un puto morbazo poder ver cómo otro tio se trajinaba a su pareja, cómo se lo follaba de lado sobre su propia cama, adueñándose del enorme trasero de Ace, cobijándolo entre sus fuertes muslos mientras le metía esa vara enorme por el culo, sacándola de su cueva para masturbarse y soltar la leche encima de su cuerpo.